Fatshimetrie, 28 de julio de 2024 – La participación de las mujeres en la promoción de la paz y la seguridad en la República Democrática del Congo es un tema de crucial importancia, amplificado durante un taller celebrado en Kinshasa al margen de la próxima celebración del Día Internacional de la Mujer Africana (IADW) el 31 de julio. Marcelline Lukala, miembro destacado de la plataforma de mujeres de la diáspora congoleña en Bélgica, destacó el importante impacto de las mujeres en la construcción de una cultura de paz y resiliencia frente al conflicto.
Destaca el empoderamiento de las mujeres y su inclusión en los procesos de toma de decisiones, destacando su capacidad de influir en políticas y prácticas para promover la paz y la igualdad. En tiempos posteriores a los conflictos, las mujeres desempeñan un papel vital en la reconstrucción social, familiar y económica de sociedades desgarradas. Luchan por los derechos humanos, la igualdad de género y la protección de las niñas, al tiempo que invierten en la prevención de la violencia sexual y de género exacerbada en tiempos de conflicto.
En un contexto donde el diálogo abierto y la reconciliación son pilares esenciales para la resolución de conflictos, Marcelline Lukala subraya la importancia del pensamiento generacional y del espíritu de Ubuntu, abogando por la unidad y la solidaridad con las mujeres congoleñas de ayer y de hoy. Destaca la promoción de valores africanos constructivos para fortalecer la identidad cultural y promover el desarrollo sostenible en el continente.
También se destaca la lucha contra los estereotipos culturales opresivos hacia las mujeres africanas, denunciando la violencia psicológica infligida por normas nocivas. Los discursos y representaciones erróneas, difundidos por los medios de comunicación y la industria cosmética, contribuyen a la devaluación de las mujeres negras y las exponen a consecuencias nocivas para su salud y bienestar.
En conclusión, es crucial reconocer el valor y el impacto positivo de las mujeres en la construcción de una sociedad pacífica e inclusiva. No se puede subestimar su papel central en la promoción de la paz, la igualdad de género y la justicia social. Depende de todos apoyar y alentar el compromiso de las mujeres por un futuro más justo, equitativo y armonioso.