Fatshimetrie: Huelga de conductores de transporte público en Kinshasa
Desde principios de esta semana, los residentes de Kinshasa se enfrentan a un grave problema de movilidad debido a una huelga iniciada por los conductores de transporte público. Esta parálisis del transporte afecta a los 24 municipios de la capital congoleña, dejando a muchos residentes de Kinshasa sin poder desplazarse.
El origen de este movimiento huelguístico es la Asociación de Conductores del Congo (ACCO), que protesta contra el control impuesto por la División de Transportes Urbanos de Kinshasa. Estos controles tienen como objetivo garantizar el cumplimiento de las tarifas oficiales del transporte público así como el fin de las rutas divididas, comúnmente conocidas como «media carretera». Desde hace varios días, agentes del Ministerio de Transportes están desplegados sobre el terreno para garantizar que los conductores respeten las normas establecidas en marzo de 2023 por el ex gobernador de Kinshasa, Gentiny Ngobila.
El impacto de esta huelga es palpable en la vida cotidiana de los residentes de Kinshasa, que no pueden moverse fácilmente entre los diferentes municipios y llegar al centro de la ciudad. Dado que los autobuses y taxis prácticamente no circulan por las carreteras, muchos residentes han tenido que buscar alternativas, en particular recurriendo a mototaxis, a pesar del aumento de los precios. Algunos conductores, como Darío, de la empresa Yango, se arriesgan a sortear los puntos de bloqueo para poder trabajar.
Ante esta situación, el ministro provincial de Transportes, Pío Kandolo, calificó la huelga de «salvaje» y lamentó no haber sido informado oficialmente de este movimiento. Anunció la celebración de una reunión con los responsables de los transportistas para encontrar soluciones duraderas a esta crisis de movilidad.
En definitiva, esta huelga pone de relieve la necesidad de una regulación eficaz del sector del transporte público en Kinshasa, con el fin de garantizar servicios de calidad a la población y al mismo tiempo garantizar condiciones de trabajo justas para los conductores. Esperemos que los debates actuales permitan encontrar puntos comunes y poner fin a esta parálisis que afecta a la vida cotidiana de los habitantes de Kinshasa.