Fatshimetrie constató este lunes una situación inesperada en Kinshasa, capital viva de la República Democrática del Congo. Se ha producido un cambio drástico en las carreteras habitualmente congestionadas de la megaciudad, mientras los transportistas anunciaron una huelga para exigir una adaptación de las tarifas en función de las fluctuaciones del precio del combustible en el surtidor.
El habitual bulevar Sendwe, que conecta diferentes puntos de la ciudad, como el bulevar Triomfal y el estadio de los Mártires, estaba extrañamente claro. Este viaje, que normalmente puede durar hasta 45 minutos, se realizó en sólo 7 minutos, ofreciendo un raro alivio a los usuarios acostumbrados a los atascos.
En la Avenue des Huileries, la policía de tránsito también parecía estar en segundo plano. Un agente de policía, que goza de una reputación ejemplar entre los ciudadanos, declaró que el tráfico era fluido, un testimonio poco común en Kinshasa. Los residentes se sorprendieron por la escasez de taxis y autobuses amarillos, normalmente omnipresentes en las carreteras de la capital.
En la comuna de Mont-Ngafula, habitualmente plagada de incesantes atascos, la situación era extrañamente diferente. Los habitantes caminaron, ante la escasez de medios de transporte. Un vendedor de verduras dijo: “Nos vemos obligados a caminar con la esperanza de encontrar un alma buena que nos lleve”.
En la parte oriental de la ciudad, en el bulevar Lumumba que lleva al aeropuerto, una oleada de peatones se dirigió hacia el centro de negocios de Gombe. Esta situación excepcional, que paralizó la ciudad, llevó al presidente provincial de la ACCO a aclarar la situación y llamar a los transportistas a retomar sus actividades.
Sin embargo, esta huelga provocó un espectacular aumento de las tarifas. Un funcionario testificó que pagó el doble del precio habitual para llegar a su destino. Esta situación pone de relieve el impacto directo de los movimientos sociales en la vida cotidiana de los residentes de Kinshasa.
Fatshimetrie seguirá de cerca la evolución de esta situación sin precedentes en Kinshasa y seguirá atenta a la evolución futura.