Kinshasa, 29 de julio de 2024 – Noticias recientes plantean cuestiones críticas sobre las acciones del gobierno de Ruanda en el este de la República Democrática del Congo en términos de aviación civil. Las autoridades congoleñas informaron que los rwandeses habían bloqueado intencionalmente las comunicaciones de aeronaves civiles, en flagrante violación de las normas internacionales que rigen la aviación civil.
Según un comunicado oficial del Ministerio de Comunicación y Medios, una investigación técnica confirmó que estos actos de interferencia de las comunicaciones aéreas fueron obra de las fuerzas ruandesas en colaboración con los terroristas del AFC/M23. Se ha identificado que estas perturbaciones se deben al uso de técnicas como la interferencia y la suplantación de identidad, que afectan al buen funcionamiento de los sistemas de posicionamiento global (GPS) de las aeronaves que operan en la provincia de Kivu del Norte, en particular en Beni, Butembo, Kibumba y Kanyabayonga.
En respuesta a estos hechos, el gobierno de la República Democrática del Congo se puso en contacto con la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) para solicitar sanciones apropiadas contra Ruanda. Estas acciones constituyen graves violaciones del derecho internacional y se asimilan al uso de armas de guerra contra civiles, denuncian las autoridades congoleñas.
Informes de organizaciones internacionales que operan bajo el mandato del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas corroboraron las conclusiones de la investigación, destacando la naturaleza peligrosa de esta interferencia en los sistemas de navegación aérea. Estas acciones irresponsables ponen en peligro la seguridad de los vuelos civiles y socavan la soberanía de la República Democrática del Congo.
Cabe recordar que estas provocaciones aéreas no carecen de precedentes. En efecto, en agosto de 1998, Ruanda ya había utilizado un avión privado para atacar la base militar de Kitona en la región central del Congo, violando así las normas establecidas en materia de aviación civil. Asimismo, acontecimientos trágicos, como el ataque a un avión comercial que transportaba a civiles que huían de los conflictos en Goma, demuestran la irresponsabilidad de los actores rwandeses en la escena internacional.
En conclusión, estas recientes provocaciones aéreas perpetradas por Ruanda ponen de relieve un flagrante desprecio por el derecho internacional y la protección de las vidas de los civiles. La comunidad internacional debe condenar enérgicamente esas acciones y actuar en consecuencia para preservar la seguridad y la estabilidad regionales.