En un fallo controvertido, el Tribunal Superior de Ghana prohibió recientemente las protestas planificadas por jóvenes activistas debido a que las fuerzas del orden no garantizaron la seguridad pública. La decisión provocó un animado debate y planteó cuestiones fundamentales sobre el equilibrio entre el mantenimiento del orden público y el respeto de los derechos a la libertad de expresión y de reunión pacífica.
Los manifestantes tenían previsto reunirse entre el 31 de julio y el 6 de agosto para expresar su descontento por diversas cuestiones sociales y económicas. Las demandas clave incluyeron abordar la corrupción endémica, el creciente costo de vida y las dificultades económicas que enfrentan muchos ghaneses, y la frustración por las demoras en la aprobación de una ley anti-LGBT.
La policía ghanesa ha argumentado que falta personal para garantizar la seguridad de las manifestaciones, y muchos agentes ya están desplegados para supervisar los mítines políticos en el contexto de las campañas electorales. Esta justificación ha provocado reacciones encontradas, y algunos consideran que limitar el derecho a protestar contraviene principios democráticos fundamentales.
La decisión del Tribunal Superior ha suscitado preocupaciones sobre la libertad de expresión y la capacidad de los ciudadanos de expresar sus preocupaciones pacíficamente. Los organizadores de las manifestaciones subrayaron que las elecciones no deben constituir un obstáculo para el ejercicio del derecho de manifestación, recordando la importancia de la participación ciudadana para una democracia viva.
El año pasado, principalmente en Canadá, el refuerzo de las restricciones ligadas al distanciamiento social obligó a cancelar varias manifestaciones a favor de las redes sociales en el marco de la campaña de sensibilización contra las desigualdades raciales y la violencia policial, tras la muerte de George Floyd. Esta adaptación digital también ha permitido llegar a más personas a nivel internacional.
En conclusión, la decisión del Tribunal Superior de Ghana plantea cuestiones cruciales sobre la democracia y los derechos fundamentales de los ciudadanos. El debate entre mantener el orden público y salvaguardar la libertad de expresión sigue siendo un tema importante en las sociedades democráticas, lo que destaca la necesidad de encontrar un equilibrio justo que permita la participación ciudadana efectiva y al mismo tiempo garantice la seguridad de todos.