Los últimos datos económicos de Kenia revelaron una tendencia a la baja en la inflación, con una tasa que se situó en el 4,3 por ciento anual en julio, frente al 4,6 por ciento del mes anterior, según las estadísticas publicadas por la Oficina Nacional de Estadísticas de Kenia. La caída, que representa un mínimo de cuatro años, se vio favorecida por la fortaleza del chelín y las reducciones marginales en costos clave relacionados con el gasto de los hogares, como la electricidad y el combustible.
Un elemento clave que contribuye a esta caída es la reducción de los costos de transporte, que aumentaron sólo un 4% en julio, en comparación con el 7,7% del mes anterior. Además, el precio de muchos alimentos disminuyó un 0,5% entre junio y julio, lo que supuso un ligero respiro. Sin embargo, esta disminución no ha sido uniforme y algunas categorías todavía experimentan aumentos significativos.
Kenia apunta a una tasa de inflación de entre 2,5% y 7,5% en el mediano plazo. Aunque la inflación general permanece bajo control, el aumento de otros costos domésticos, como el aceite y el gas para cocinar, significa que los consumidores aún necesitan monitorear de cerca sus presupuestos.
En junio, los kenianos salieron a las calles para manifestarse contra el aumento de los impuestos y el costo de la vida, lo que dio lugar a protestas mortales. El presidente William Ruto se vio obligado a abandonar un proyecto de ley de finanzas que contenía los aumentos en respuesta a las protestas. Al llegar al poder en septiembre de 2022, Ruto heredó una economía debilitada, luchando contra una inflación galopante, una gran deuda, un alto desempleo y un estancamiento post-Covid.
Se encuentra enfrentando demandas de prestamistas como el Fondo Monetario Internacional, que piden reducciones del déficit mientras intentan satisfacer las necesidades de una población en apuros y afectada por costos crecientes. La reciente moderación de la inflación podría influir en la decisión del Banco Central sobre las tasas de interés, y se espera un posible recorte cuando el Comité de Política Monetaria se reúna el 6 de agosto.