Con gran preocupación abordamos la preocupante situación de la lucha contra el sarampión en Kampene, en la República Democrática del Congo. Las cifras son alarmantes: más de 10.000 casos registrados, incluidas 500 muertes, en la provincia de Maniema. Esta devastadora epidemia demuestra los grandes desafíos que enfrentan los habitantes de esta región, en gran medida olvidada por los sistemas humanitarios y de desarrollo.
La reciente campaña de vacunación de Médicos Sin Fronteras (MSF) parece un destello de esperanza en un cielo oscuro. Cerca de 60.000 niños, de entre seis meses y nueve años, se beneficiaron de esta saludable iniciativa contra el sarampión, llevada a cabo con ejemplar determinación. La elevada tasa de cobertura de vacunación, del 93% para el sarampión y del 82,4% para otras enfermedades prevenibles, demuestra la eficacia de esta acción de salud pública.
Los equipos de MSF también trataron a más de 2.000 pacientes en el hospital de referencia, destacando su compromiso inquebrantable con las poblaciones más vulnerables. Esta movilización humana y logística es aún más crucial dado que el sarampión continúa haciendo estragos en otras regiones de la provincia, lo que pone de relieve la necesidad de una respuesta global y coordinada.
El testimonio de Justin Bazibuhe, epidemiólogo de MSF, revela la magnitud del desafío al que se enfrentan las autoridades sanitarias locales. A pesar de los esfuerzos realizados durante una campaña de vacunación anterior en 2023, el resurgimiento del sarampión muestra la fragilidad del sistema sanitario ante una enfermedad tan contagiosa. Las muertes no declaradas subrayan la urgencia de reforzar la vigilancia y aumentar la capacidad de respuesta para frenar la propagación de la epidemia.
El llamamiento de Luis Montiel, jefe de misión de MSF en la República Democrática del Congo, es un conmovedor recordatorio de la urgencia de la situación. La provincia de Maniema, que necesita un apoyo importante, debe estar en el centro de las prioridades de los actores humanitarios y de las autoridades de desarrollo. Las necesidades en términos de acceso a la atención, la sensibilización y la prevención son graves y requieren una movilización colectiva y unida para salvar vidas y evitar un desastre sanitario importante.
En resumen, la lucha contra el sarampión en Kampene y en toda la provincia de Maniema es una lucha vital que merece toda nuestra atención y compromiso. Más allá de las cifras, están en juego vidas humanas, niños que merecen una protección adecuada y un futuro saludable. Es hora de actuar, movilizarnos y mostrar solidaridad para combatir esta enfermedad prevenible y preservar la salud de nuestras comunidades.