Prisca Kamala, asesora del gobernador de Kivu del Norte responsable de educación y ciudadanía, acaba de dar un duro golpe al prohibir formalmente el pago de los servicios escolares antes del inicio del año escolar. Esta iniciativa tiene como objetivo poner fin a las prácticas abusivas de algunos directores de colegios que se aprovechan de la vulnerabilidad de los padres para imponerles gastos obligatorios y a menudo excesivos.
De hecho, desde hace años es bien sabido que muchas escuelas, ya sean públicas o privadas, cobran tasas de inscripción exorbitantes, sin mencionar los costos adicionales asociados con la compra de uniformes y útiles escolares específicos. Estas prácticas, no sólo contrarias a los valores educativos, sino también discriminatorias, no hacen más que ampliar aún más las desigualdades sociales en términos de acceso a la educación.
Prisca Kamala destaca así la urgencia de moralizar el sistema educativo poniendo fin a la monetización de los servicios escolares. Al prohibir a los directores de escuelas cobrar anticipos sobre las tasas escolares antes del inicio del año escolar, se envía una fuerte señal sobre la necesidad de garantizar un acceso equitativo a la educación para todos los niños, independientemente de su origen social.
Esta decisión, valiente y necesaria, demuestra la voluntad de las autoridades provinciales de luchar contra la corrupción y los abusos que azotan al sector educativo. Al castigar severamente a los infractores, Prisca Kamala envía un mensaje claro: la educación no debe ser una fuente de ganancias, sino un derecho fundamental para todos los niños.
Por último, esta prohibición del pago de los servicios escolares antes del inicio del curso escolar debe acogerse como un primer paso hacia una educación más inclusiva y equitativa. Es hora de hacer de la educación una palanca para el desarrollo y la justicia social, poniendo fin a las prácticas nocivas que obstaculizan la educación de los niños más desfavorecidos.
En definitiva, la decisión de Prisca Kamala demuestra el deseo de las autoridades de hacer de la educación un pilar esencial del progreso social y la equidad. Es imperativo que esta medida sea apoyada y reforzada por todos los actores del sistema educativo, a fin de garantizar un futuro mejor para la juventud congoleña.