En el mundo de la atención sanitaria en Sudáfrica está surgiendo un fenómeno intrigante e inspirador: muchos de los primeros graduados del programa de formación médica de SA-Cuba ocupan ahora puestos de alta dirección. Una tendencia que plantea interrogantes sobre la eficacia de esta asociación entre Sudáfrica y Cuba, pero que también pone de relieve los impresionantes éxitos individuales de estos profesionales de la salud.
Al frente de la Asociación Médica Sudafricana (SAMA) desde enero pasado, Mzulungile Nodikida encarna perfectamente esta historia de éxito. Procedente del programa de formación médica SA-Cuba, también conocido como colaboración Nelson Mandela-Fidel Castro, Nodikida demuestra el valor y el potencial de esta asociación, a pesar de las críticas y dudas que puedan haberla rodeado en el pasado.
Preguntado por su carrera, Nodikida reconoce con humildad que su generación tuvo tiempo de acumular experiencia, lo que les permitió acceder a puestos de responsabilidad. Una tendencia confirmada por Sanele Madela, agregada del departamento de salud de la misión cubana en Johannesburgo, quien destaca la impresionante trayectoria profesional de varios graduados del programa SA-Cuba.
Más allá de los éxitos individuales, un estudio de 2019 encontró que los graduados del programa Cuba mostraban una mayor motivación por la creatividad y la iniciativa, para trabajar en áreas rurales, mejorar la salud del país y convertirse en líderes comunitarios. Son aspiraciones loables que demuestran el impacto positivo de esta formación en estos profesionales sanitarios.
También parece que este programa fue diseñado en un contexto político, en el momento en que Nelson Mandela buscaba compensar las desigualdades en el sistema de salud heredadas del apartheid en Sudáfrica. Al conseguir la ayuda de Cuba para formar médicos dedicados que pudieran ser enviados a zonas necesitadas, Mandela sentó las bases para una colaboración que dio frutos, como lo demuestran los éxitos profesionales de los graduados del programa.
Mirando hacia atrás, queda claro que el programa de formación médica de SA-Cuba ha permitido el surgimiento de una brillante generación de profesionales médicos en Sudáfrica. Su dedicación, compromiso y visión no solo ayudan a fortalecer el sector de la salud, sino que también inspiran a las generaciones más jóvenes a perseguir metas ambiciosas y trabajar por el bienestar de la comunidad.
En resumen, estos graduados del programa SA-Cuba son mucho más que simples profesionales de la salud: son líderes, innovadores y agentes de cambio que están dando forma al futuro del sistema de salud en Sudáfrica. Y su trayectoria ejemplar nos recuerda que cada éxito individual contribuye al desarrollo colectivo de toda una nación.