Fatshimetrie, 18 de agosto de 2024 – Este sábado tuvo lugar una ceremonia llena de fervor y fe en una escuela de Gombe, situada al norte de Kinshasa, en la República Democrática del Congo. De hecho, se celebró una misa excepcional de acción de gracias que reunió a parejas que viven situaciones complejas, con el objetivo de inspirarlas y llevarles un mensaje de esperanza. Esta ceremonia fue cocelebrada por un obispo emérito de Kinshasa y un sacerdote de la provincia de Équateur, más precisamente de Mbandaka, en el noroeste del país.
El padre Alain Molanga, sacerdote de la archidiócesis de Mbandaka, compartió un mensaje de aliento y consuelo con los matrimonios presentes, subrayando que Dios no se deja limitar por las dificultades y los dolores que afrontamos. Instó a la congregación a recordar que Jesucristo está presente en cada hogar, listo para traer consuelo y renovación.
Durante su memorable homilía, el padre Molanga recordó la historia de Lázaro y su milagrosa resurrección, enfatizando que Jesús es capaz de transformar nuestras vidas y darnos esperanza, incluso en los momentos más oscuros. También llamó a las familias cristianas a ser ejemplos de fe y de amor, capaces de transformar el mundo que las rodea.
Durante la ceremonia intervino también el obispo emérito de Kinshasa, Dominique Bulamatari, expresando su alegría por participar en una celebración eucarística tan hermosa. Su discurso, lleno de sabiduría y bondad, resonó en los corazones de la asamblea, recordando la importancia de la fe y la unidad dentro de las familias cristianas.
El pastor de la Comunidad Familiar Cristiana (CFC), Léon Botolo, expresó su agradecimiento a todos los participantes que vinieron de todos los rincones del mundo para participar en esta campaña de evangelización. Este encuentro, que tuvo lugar del 14 al 17 de agosto de 2024, tuvo como tema “Familia cristiana, motor de cambio en el mundo”, resaltando así la importancia de los valores familiares y la fe en la transformación de la sociedad.
En resumen, esta misa de acción de gracias fue un momento fuerte de emoción y de compartir, poniendo de relieve la importancia de la fe y la unidad dentro de las parejas y familias cristianas. Recordó a todos que, a pesar de las pruebas, la presencia de Dios es un apoyo precioso y una fuente inagotable de esperanza.