Kinshasa, 19 de agosto de 2024 – Mientras la justicia congoleña sigue siendo duramente criticada y calificada de enfermiza por muchos observadores, el gobierno ha decidido abordar de frente esta cuestión crucial durante los próximos Estados Generales del sector judicial. El tema elegido: “¿Por qué se llama enferma a la justicia congoleña? ¿Qué terapia para esta enfermedad? », subraya la urgencia de actuar y remediar las disfunciones que afectan a esta institución esencial para el buen funcionamiento de la sociedad.
Es innegable que la confianza del pueblo congoleño en su sistema judicial se ha erosionado significativamente con el tiempo. Las prácticas poco éticas, la corrupción, el incumplimiento de los procedimientos y las injusticias flagrantes han empañado la imagen de esta noble profesión y socavado los fundamentos mismos del Estado de derecho.
El Ministro de Justicia destacó acertadamente que el buen ejercicio de la Justicia es esencial para la elevación de una nación, la estabilidad de las instituciones y la consolidación de la paz. Es esencial que todos los ciudadanos, desde los más humildes hasta los más influyentes, estén sujetos a la ley de manera equitativa e imparcial. Esta igualdad ante la ley es la base sobre la que debe descansar cualquier sistema judicial digno de ese nombre.
Las reformas anunciadas durante los próximos Estados Generales de Justicia deben ser ambiciosas, valientes y profundas. Se trata de realizar un diagnóstico de los males que afectan a la justicia congoleña y de aplicar una verdadera terapia de choque para devolver a esta institución toda su legitimidad y credibilidad. La lucha contra la corrupción, el cumplimiento estricto de los procedimientos, la erradicación de las detenciones arbitrarias y la mejora de las condiciones sociales de los actores judiciales deben estar en el centro de los debates y de las acciones a emprender.
Es hora de que la República Democrática del Congo se dote de un sistema judicial sólido, imparcial y transparente, capaz de garantizar los derechos de todos los ciudadanos y promover un entorno propicio al desarrollo armonioso del país. Las reformas deben llevarse a cabo sin complacencia, con determinación y voluntad política.
En conclusión, la reconstrucción de la justicia congoleña no puede realizarse sin la participación de todos los actores interesados, desde los ciudadanos comunes hasta los encargados de tomar decisiones políticas, incluidos magistrados y abogados. Es un gran desafío, pero también una oportunidad para que la República Democrática del Congo vuelva a conectarse con los valores de justicia, equidad e integridad que son esenciales para construir una sociedad justa y armoniosa.
De hecho, la reforma de la justicia es uno de los pilares esenciales para construir un estado de derecho sólido y garantizar la prosperidad y la estabilidad de la nación congoleña.