Lamentablemente, en el cambiante y a veces tumultuoso mundo de la política de Nigeria, las acusaciones de connivencia y manipulación no son raras. Recientemente, surgieron acusaciones que sugerían que Hadeija fue nombrado por el gobierno del estado de Zamfara, afirmación que el gobierno ha negado enérgicamente.
Una carta fechada el 27 de octubre de 2023, supuestamente firmada por Mal Abubakar M. Nakwada, secretario del gobierno del estado de Zamfara, afirmaba que Hadeija había sido nombrada asesora técnica del sector minero, dependiente de la Oficina del Gobernador Ejecutivo.
En él se decía: «Me complace informarle que Su Excelencia el Gobernador del estado de Zamfara, Dauda Lawal, ha aprobado su nombramiento para la Casa de Gobierno… en reconocimiento a su experiencia, competencia y devoción al deber».
La carta también aclaraba que el nombramiento de Hadeija era efectivo a partir del 27 de octubre de 2023 y que recibiría un salario de acuerdo con las disposiciones que rigen su cargo.
El documento expresaba además la esperanza de que Hadeija pudiera justificar la confianza depositada en él por el gobernador.
Sin embargo, una fuente cercana a la Casa Estatal de Zamfara le dijo formalmente a Pulse Nigeria que el documento era falsificado y no era auténtico.
«Este documento no existe en los registros del gobierno del estado de Zamfara. Este es un intento malicioso de algunos rivales políticos de vincular a mi superior con el asunto Hadeija», dijo la fuente en un mensaje de WhatsApp a Pulse Nigeria.
Hadeija, actualmente bajo custodia, enfrenta varios cargos, entre ellos ayuda al terrorismo, lavado de dinero y otros delitos transnacionales.
En un contexto de tensiones políticas y luchas de poder, es crucial distinguir la verdad de la ficción, la realidad de las maniobras políticas. Hay mucho en juego y la integridad de cada actor se pone a prueba. Corresponde a la justicia y la transparencia arrojar luz sobre estas acusaciones, a fin de garantizar la confianza pública y el respeto del Estado de derecho.
Este caso pone de relieve una vez más la importancia de la rendición de cuentas y la lucha contra la corrupción en el país, cuestiones cruciales para el futuro democrático de Nigeria.