El domingo (25 de agosto) estalló una nueva violencia en el este de la República Democrática del Congo, enfrentando a los rebeldes del M23 contra el ejército. Los violentos enfrentamientos se produjeron en Lubero, una localidad cercana a la frontera con Uganda.
Lubero, situada en el eje que une Butembo y Beni, al norte, es un importante centro comercial de la provincia de Kivu del Norte. En un comunicado de prensa emitido el lunes (26 de agosto), el ejército congoleño dijo que los rebeldes lanzaron su ataque contra posiciones del ejército en la aldea de Kikubo, en violación del alto el fuego.
El teniente coronel Ndjike Kaiko Guillaume afirmó que las autoridades congoleñas llevarían el asunto ante el Mecanismo Verbier Nonmieux.
Este mecanismo reúne a expertos militares de los estados miembros de la Conferencia Internacional sobre la Región de los Grandes Lagos, Sudáfrica, MONUSCO y la Unión Africana.
El 30 de julio, Angola anunció un acuerdo de alto el fuego entre la República Democrática del Congo y Ruanda. Kinshasa lleva mucho tiempo acusando a Kigali de apoyar a los combatientes del M23 que operan en su provincia oriental de Kivu del Norte, acusaciones que Ruanda niega categóricamente.
Estos enfrentamientos están reavivando las tensiones en una región ya inestable y sacudida por conflictos recurrentes. Es crucial que los actores involucrados busquen soluciones pacíficas y duraderas para poner fin a esta violencia que afecta gravemente a las poblaciones locales. Mientras tanto, los residentes de Lubero y sus alrededores viven con miedo e incertidumbre, con la esperanza de que la paz finalmente regrese a esta parte del país asolada por el conflicto.