Lubero, región de Kivu del Norte, se enfrenta a una situación tensa desde el lunes 26 de agosto. Las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC) se enfrentan a los rebeldes del M23, lo que provoca una calma incómoda en el frente. Afortunadamente, los violentos enfrentamientos que estallaron en Kathwa y Kikuvho el pasado domingo han cesado, por ahora. Lamentablemente, aún no se han publicado resultados oficiales, lo que deja a la población en la incertidumbre.
Sin embargo, las condiciones siguen siendo tensas en esta zona, con las FARDC y los rebeldes del M23 atrincherados alrededor de Matembe y Kasehe, según información recopilada de la sociedad civil. La atmósfera también sigue siendo tensa en Kikuvho, donde los combates enfrentaron a los rebeldes del M23, apoyados por Ruanda, contra los combatientes de las FARDC y Wazalendo. Ambas partes continúan reforzándose en términos de mano de obra y municiones, lo que genera temores sobre una reanudación de las hostilidades.
Los testigos informan de movimientos de tropas del M23 desde Kanyabayonga hacia Kirumba, lo que aumenta la preocupación entre la población local. Este movimiento de tropas rebeldes provoca también un nuevo flujo de civiles que buscan refugio en zonas que consideran más seguras. Las acusaciones de violación del alto el fuego surgen de ambas partes, lo que hace temer a la sociedad civil lo peor para la región.
Esta situación volátil pone en peligro la vida de los habitantes de Lubero y plantea dudas sobre la sostenibilidad de la estabilidad en la región. Crece la preocupación por una posible intensificación de los combates, y las consecuencias para la población civil podrían ser desastrosas. Existe una necesidad urgente de actuar para restablecer la paz y proteger a los civiles que se encuentran atrapados en este conflicto armado.