**Miles de niños desplazados volverán a la escuela en Kivu del Norte**
En Kivu del Norte, el inicio del año escolar es una etapa crucial para miles de niños que se han visto obligados a huir de los combates en los territorios de Ruthuru, Masisi y Kibumba. Según estimaciones, al menos 600.000 niños desplazados se verán afectados en este curso escolar que comienza el lunes 2 de septiembre.
La situación es particularmente compleja en la parte ocupada por los rebeldes del M23, donde el año anterior fueron cerradas y reubicadas 450 escuelas. El destino de los estudiantes atrapados en esta zona sigue siendo incierto, lo que acentúa los grandes desafíos que enfrenta el sistema educativo local.
Luc Baweza Kabango, director de la provincia educativa Kivu del Norte 1, destaca los esfuerzos realizados por las autoridades, en colaboración con sus socios, para garantizar la acogida de los niños y de los profesores desplazados en las escuelas de la periferia de la ciudad de Goma. A pesar de los avances realizados para reintegrar a estos niños al sistema educativo, la tarea sigue siendo inmensa.
De hecho, será necesario construir casi 2.000 aulas adicionales para satisfacer las necesidades de más de 160.000 niños desplazados. Los desafíos no se limitan a la simple disponibilidad de locales de aprendizaje, sino que también incluyen la atención psicosocial de los niños y el apoyo a los docentes desplazados.
El compromiso de movilizar a todos los socios necesarios para apoyar el sistema educativo en Kivu del Norte está resultando crucial. La construcción de espacios temporales adicionales de aprendizaje y el fortalecimiento de la capacitación docente se encuentran entre las medidas clave para garantizar un regreso a la escuela exitoso e inclusivo.
A pesar de los desafíos logísticos y humanitarios, persiste el optimismo sobre la capacidad de los actores locales e internacionales para superar estos obstáculos y brindar a los niños desplazados una educación de calidad. El inicio del año escolar en Kivu del Norte representa mucho más que un simple regreso a clases: es una oportunidad para reconstruir el futuro de estos jóvenes víctimas del conflicto armado y del desplazamiento forzado.
La solidaridad y la colaboración entre las diferentes partes interesadas serán esenciales para garantizar que todos los niños, independientemente de su entorno difícil, tengan acceso a la educación y a un entorno de aprendizaje seguro y estimulante.