**Un año después de la masacre de Goma: El llamado a la justicia**
En este triste aniversario de la masacre de Goma en 2023, una sombra todavía se cierne sobre el Congo. La tragedia que se cobró la vida de 57 personas plantea cuestiones cruciales sobre la responsabilidad de las autoridades congoleñas y la búsqueda de justicia para las familias afligidas.
La organización Human Rights Watch, en una conmovedora declaración, insta al gobierno a realizar una investigación completa y ampliar el procesamiento de los altos funcionarios involucrados. Aunque algunos soldados fueron condenados, incluido un coronel, la investigación parece haberse estancado, dejando a las familias de las víctimas sin respuestas ni reparaciones financieras.
Ante este impasse surge una cuestión fundamental: la justicia para las víctimas no debe limitarse a los soldados de menor rango, sino que también debe afectar a los oficiales superiores involucrados en la tragedia. Un trabajo de investigación riguroso e imparcial es esencial para establecer la rendición de cuentas y garantizar que se haga justicia de manera justa.
Pero más allá de los procedimientos legales, también es un llamado a revisar fundamentalmente las prácticas de mantenimiento del orden y de intervención de las fuerzas de seguridad. El uso del ejército para reprimir manifestaciones va en contra de los principios democráticos y los derechos humanos. Es necesaria una revisión de los métodos de control de multitudes para evitar futuras tragedias similares.
Las familias de las víctimas esperan ansiosamente respuestas claras y una compensación justa por las pérdidas inconsolables que han sufrido. En este día conmemorativo, tengamos presente que la búsqueda de la justicia es el pilar de una sociedad democrática que respete los derechos fundamentales de todos.
Para que la memoria de las víctimas de Goma no caiga en el olvido, es imperativo que se arroje luz, se establezcan responsabilidades y se haga justicia. Debemos movilizarnos colectivamente para que este tipo de tragedias no vuelvan a ocurrir y que la dignidad de las personas, incluso cuando sufren, sea respetada en todo momento y en todo lugar.