Fatshimetrie – Edición del jueves 5 de septiembre de 2024
Tal día como hoy, jueves 5 de septiembre de 2024, un trágico acontecimiento sacudió la prisión central de Makala, en Kinshasa, provocando una cascada de reacciones en el seno del gobierno y de la sociedad civil congoleña. Tras el intento de fuga de los detenidos, la primera ministra Judith Suminwa Tuluka visitó el lugar para evaluar la situación y supervisar las medidas de recuperación.
Acompañada de miembros de su gobierno, constató los daños causados por el incendio que arrasó varios pabellones de la prisión, provocando la muerte de 129 reclusos, según el balance provisional. El Primer Ministro ordenó medidas urgentes para atender a las víctimas y asegurar el establecimiento. También insistió en la necesidad de continuar con el proceso de descongestión de los centros penitenciarios respetando los procedimientos establecidos.
Sin embargo, estos hechos provocaron tensiones dentro del Ministerio de Justicia. El ministro Constant Mutamba tomó medidas para prohibir el traslado de prisioneros a la prisión de Makala, lo que fue duramente criticado por los magistrados. Este último defendió la legitimidad de las detenciones preventivas y advirtió contra cualquier desafío a su poder, destacando la importancia de preservar el Estado de derecho y evitar la anarquía.
Al mismo tiempo, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) inició una investigación independiente para evaluar los daños y determinar responsabilidades en este asunto. Esta iniciativa pretende arrojar luz objetiva sobre los acontecimientos ocurridos en la prisión de Makala.
En este difícil contexto, parece crucial encontrar soluciones duraderas para resolver los problemas de hacinamiento carcelario y garantizar el respeto de los derechos de los presos. La construcción de nuevas prisiones y centros de detención preventiva, así como el estricto cumplimiento de la ley en materia de detención y del régimen penitenciario, son medidas esenciales para evitar tragedias de este tipo en el futuro.
En conclusión, la situación en la prisión central de Makala plantea muchas preguntas sobre el sistema penitenciario congoleño y la necesidad de una reforma profunda. Las autoridades deben actuar con decisión para garantizar la seguridad de los detenidos, el respeto de los derechos humanos y la prevención de incidentes trágicos como el reciente.