En un giro sorprendente, el secretario permanente del Ministerio de Educación del estado de Edo, Ojo Akin-Longe, anunció mediante un memorando la suspensión del inicio del año escolar inicialmente previsto para el 9 de septiembre de 2024, hasta nuevo aviso. Esta inesperada decisión provocó fuertes reacciones entre la población, poniendo de relieve un conflicto político subyacente.
Peter Uwadiae-Enosorogbe, secretario de comunicación del partido político APC, se mostró sorprendido por esta maniobra de las autoridades locales y la calificó de una estratagema política inesperada de la opinión pública. Destacó que sacrificar la educación de los niños por consideraciones políticas iba en contra del interés general y constituía un grave error por parte del gobierno.
Uwadiae-Enosorogbe subrayó que el aumento de los precios de la gasolina no justifica en modo alguno el aplazamiento del inicio del año escolar. Destacó que ni los padres ni los estudiantes habían expresado ningún descontento por esta situación y que por lo tanto la decisión del gobierno era incomprensible.
Mientras tanto, el Secretario de Comunicaciones de APC pidió la revocación de la decisión, argumentando que el sistema educativo en el estado de Edo ya había sufrido las políticas implementadas por la administración actual. Destacó la disminución en el desempeño de los estudiantes, particularmente a través de los resultados del último Examen de Certificado de Escuela Superior de África Occidental (WASSCE), donde el estado de Edo ocupó el puesto 26, lejos de sus posiciones de liderazgo en el pasado.
En última instancia, Uwadiae-Enosorogbe instó a las partes interesadas a intervenir para convencer al gobierno de que permitiera la reapertura de las escuelas. Destacó la impaciencia de los niños por volver a la escuela y criticó el uso de maniobras políticas para impedirles ejercer su derecho a la educación.
En conclusión, la decisión de posponer el inicio del año escolar en el estado de Edo debido a la escasez de combustible plantea muchas preguntas y reacciones. Es esencial que las autoridades consideren el impacto de sus acciones en la educación de los niños y en todo el sistema escolar para garantizar un futuro estable y próspero para los jóvenes del estado.