Kinshasa, 7 de septiembre de 2024 – Se celebró una misa de sufragio en honor del difunto monseñor Dominique Bulamatari, figura eclesiástica emérita de la diócesis de Molegbe, situada en el noroeste de la República Democrática del Congo. El ambiente solemne reunió a los fieles en torno al administrador apostólico de la comunidad, monseñor José Bernard Likolo, permitiendo así rendir homenaje a un hombre de fe y dedicación.
Sigue viva la memoria del obispo Bulamatari, el testimonio de un guía espiritual que dedicó su vida a difundir la palabra divina y guiar al pueblo de Dios a través de los sacramentos. Las vibrantes palabras pronunciadas por el obispo Likolo resuenan como un conmovedor recordatorio de la perseverancia en la fe, invitando a los fieles a permanecer fuertes y decididos frente a las pruebas de este mundo.
La celebración eucarística fue una oportunidad para que Mons. Likolo animara a los fieles a prepararse espiritualmente, subrayando la importancia de permanecer vigilantes y perseverantes en la fe, porque nadie sabe la hora en que Dios llamará a todos a volver a sí mismo. Este momento de contemplación permitió a los fieles recordar con emoción y respeto el camino del obispo Bulamatari, ordenado sacerdote en 1980, consagrado obispo dos décadas después, y que sirvió con dedicación al frente de la diócesis de Molegbe durante muchos años.
Nacido en Kinshasa en 1955, Mons. Dominique Bulamatari dejó una huella imborrable en el corazón de muchos fieles, encarnando los valores de la fe, la compasión y la dedicación. Su dimisión en 2023, aceptada por el Soberano Pontífice, marcó el final de un capítulo importante en la historia de la diócesis de Molegbe, pero abrió el camino a una nueva era bajo la dirección de Mons. José Bernard Likolo, llamado a asumir la responsabilidad de administrador apostólico con celo y determinación.
Esta misa de sufragio, celebrada con fervor en la casa diocesana de Molegbe, permitió a los fieles reflexionar y rendir un homenaje final a monseñor Dominique Bulamatari, recordando así la importancia de la fe, la perseverancia y la comunión fraterna en el seno de la comunidad eclesiástica. La memoria de este hombre de Dios quedará grabada en los corazones y constituye un precioso patrimonio espiritual para las generaciones futuras.