El proceso electoral, un pilar clave de la democracia, está actualmente en marcha en Jordania, tras las elecciones parlamentarias celebradas en virtud de una nueva ley destinada a mejorar la representación política. Esta iniciativa tiene como objetivo fortalecer la participación ciudadana y promover una representación más diversa dentro del parlamento jordano.
A pesar de una mayor participación en comparación con elecciones anteriores, la tasa de participación sigue siendo relativamente baja: el 32,25% de los votantes habilitados ejercieron su derecho al voto. Sin embargo, el proceso electoral se desarrolló sin contratiempos, sin retrasos en la apertura de los colegios electorales y sin informes importantes de violaciones en los distintos distritos electorales.
La nueva ley electoral aumentó el número de escaños en la Cámara de Representantes de 130 a 138. Esta reforma incluye disposiciones destinadas a aumentar la representación de mujeres y jóvenes, reduciendo la edad mínima de los candidatos parlamentarios de 30 a 25 años. Estos cambios son cruciales en un país donde las afiliaciones tribales siguen desempeñando un papel preponderante en la política y son parte del proceso de democratización que se lleva a cabo desde hace una década en Jordania.
Si bien los partidos islamistas pueden obtener un mayor apoyo debido a la indignación por el conflicto de Gaza, se espera que el parlamento permanezca en manos de facciones tribales y progubernamentales.
Los resultados finales de estas elecciones deberían anunciarse a finales de semana. Esta etapa electoral es de capital importancia para la estabilidad política y la representatividad del poder en Jordania y marca un importante paso adelante en el proceso de democratización del país.