En el mundo político estadounidense, Kamala Harris y Donald Trump se encuentran en la escena electoral después de un debate presidencial intensamente disputado. Con las elecciones presidenciales acercándose rápidamente, lo que está en juego para ambos candidatos es más alto que nunca.
Después de un debate en el que Kamala Harris logró imponerse, ahora las miradas se dirigen al resto de la campaña. Harris, con el impulso de confianza que le dio el debate, viajará a Carolina del Norte para dos mítines en Charlotte y Greensboro. Está tratando de capitalizar su impactante desempeño y movilizar a los votantes negros y jóvenes por su ambición de convertirse en la primera mujer presidenta de los Estados Unidos.
Por su parte, Donald Trump viaja a Tucson, Arizona, para centrarse en temas económicos. Arizona fue un estado clave y muy disputado en las elecciones de 2020 y promete ser el escenario de otra amarga batalla.
El debate en Filadelfia fue un momento crucial para Harris, quien logró inquietar a Trump con sus comentarios incisivos y anotó puntos importantes en temas como el aborto. Aunque Trump afirmó que fue uno de sus mejores debates, las reacciones y las encuestas indican lo contrario.
Sin embargo, a pesar del ascenso de Harris en las encuestas, la carrera por la Casa Blanca sigue increíblemente reñida. Ambos candidatos continúan luchando por estados clave, conscientes de que unos miles de votos indecisos podrían cambiarlo todo en estados clave del noreste y sur de Estados Unidos.
Harris planea regresar a Pensilvania, el estado indeciso más crucial, para reforzar su campaña antes de una ceremonia de premiación con su esposo, el segundo caballero Doug Emhoff. Al mismo tiempo, Trump se dirige a Las Vegas para hablar sobre el coste de la vida, centrándose en Nevada, otro estado clave.
Las elecciones presidenciales de 2020 en Estados Unidos giran en torno a detalles y decisiones estratégicas, pero reflejan una sociedad profundamente dividida políticamente. Los próximos días de campaña serán cruciales para ambas partes, mientras Estados Unidos espera conocer su destino político en los años venideros.