En una sentencia reciente dictada por el Tribunal Superior del Estado de Kano, presidido por el Presidente del Tribunal Supremo, Dije Aboki, se concedió una orden para impedir que el decimoquinto emir de Kano, Aminu Ado Bayero, renovara el minipalacio de Nassarawa.
Esta decisión sigue a una moción exparte presentada por los demandantes/peticionarios, representados por Rilwanu Umar Esq. y otros tres abogados. Los demandantes en el caso fueron el Gobierno del Estado de Kano, el Fiscal General del Estado de Kano y el Consejo del Emirato de Kano.
La orden judicial, citada por Sunday Vanguard, cita al juez Aboki ordenando a todas las partes involucradas en el asunto mantener el status quo con respecto al diseño estructural y arquitectónico del palacio en cuestión, en espera de la audiencia y la resolución de la moción pendiente ante el corte.
Según los informes, el decimoquinto emir de Kano, Aminu Ado Bayero, ha iniciado las obras de renovación del minipalacio, con la presentación de un prototipo que muestra cómo se verá el minipalacio una vez finalizadas las obras.
El emir, destituido por el gobernador Abba Yusuf mientras estaba fuera de palacio, se vio obligado a ocupar el minipalacio de Nassarawa para celebrar sus audiencias tras el regreso del exilio del decimosexto emir de Kano, Muhammadu Sanusi II, reinstaurado en el trono.
La orden judicial establece: «Se otorga una orden judicial provisional para impedir que el demandado, sus agentes, sus cesionarios o cualquier persona que actúe bajo las instrucciones y órdenes del demandado, continúen demoliendo, renovando, reparando, reconstruyendo y renovando la propiedad conocida como Gidan Sarki Nassarawa ubicado a lo largo de la Carretera Estatal de Kano, en espera de la audiencia y disposición de la moción pendiente ante este Tribunal”.
En medio de controversias y tensiones, el gobierno del estado de Kano ha pedido al emir que desaloje el palacio para permitir importantes obras de renovación, para lo cual se ha asignado una suma de 99,9 millones de naira.
Esta lucha legal ha puesto de relieve las cuestiones políticas y culturales que rodean a la realeza en Kano, poniendo de relieve las tensiones entre las autoridades locales y la familia real. También destaca la importancia de las tradiciones y el patrimonio histórico en el contexto social del norte de Nigeria.
Por lo tanto, este episodio parece reflejar un cambio de poder y un desafío a las estructuras de gobierno tradicionales, con implicaciones significativas para el futuro de Kano y sus instituciones reales.