En el corazón del convulso este de la República Democrática del Congo, la prisión urbana de Butembo, más conocida como Kakwangura, vive una situación alarmante. En ocho meses, setenta reclusos han perdido trágicamente la vida, lo que demuestra las condiciones inhumanas que reinan en este establecimiento penitenciario.
Augustin Malago, director de la prisión, reveló durante una rueda de prensa que el hacinamiento carcelario es uno de los principales males que aqueja a la prisión de Butembo. Diseñado para albergar a 200 reclusos, actualmente cuenta con 1.300 personas, más de seis veces su capacidad inicial. Esta superpoblación crea un verdadero caos, donde la falta de espacio habitable y de recursos esenciales como el oxígeno acentúa la angustia de los residentes.
Otro problema importante destacado es la lentitud del sistema judicial a la hora de procesar los casos de detenidos. De los 1.304 detenidos presentes, sólo 156 fueron condenados, dejando a los demás en una dañina incertidumbre. Ante esta injusta realidad, Agustín Malago aboga por una aceleración del proceso judicial así como una reevaluación de los casos de los detenidos por delitos menores, con el fin de liberar rápidamente a aquellos que no representan un peligro para la sociedad.
A pesar de las subvenciones pagadas trimestralmente por el Estado, la gestión alimentaria resulta delicada, lo que lleva a los establecimientos religiosos y a las buenas almas a acudir en ayuda de los indigentes. Una triste realidad que no hace más que acentuar la precariedad de las condiciones de vida en la prisión de Butembo.
Además de las condiciones precarias, la prisión de Kakwangura también tiene que hacer frente a la inseguridad omnipresente en la región de Butembo-Beni. De hecho, en 2022, el establecimiento fue objeto de un ataque de las ADF/MTM, que provocó la fuga de varios detenidos. Si bien algunos han sido recapturados, otros continúan libres, sembrando un clima de incertidumbre y peligro permanente.
Finalmente, entre los detenidos se encuentran veintisiete mujeres con siete hijos, obligadas a compartir el mismo espacio precario. Una situación notoriamente crítica que ilustra la urgencia de una reforma profunda del sistema penitenciario congoleño, para garantizar el respeto de los derechos básicos de las personas encarceladas.
La prisión urbana de Butembo es un triste reflejo de las deficiencias del sistema penitenciario en la República Democrática del Congo, y exige una movilización tanto nacional como internacional para garantizar condiciones de detención dignas y humanas para todos los detenidos. Esperemos que esta toma de conciencia conduzca a acciones concretas para poner fin a esta flagrante injusticia.