La valiente lucha de Usmail contra la contaminación plástica en la isla de Lamu

En las costas de la isla de Lamu, situada frente a la costa este de Kenia, un hombre de 47 años se embarca en una misión ecológica de importancia crítica. Usmail, como se llama, recorre incansablemente las playas para recoger los residuos plásticos que ensucian la orilla. Estos materiales recuperados se revenden al proyecto Flipflopi, una ONG visionaria que despegó en 2016.

El objetivo del Proyecto Flipflopi es noble: transformar estos voluminosos residuos en objetos útiles, como barcos y muebles. En Lamu, la contaminación plástica es un problema importante, ya que se acumulan montañas de desechos, ya sea por las olas del mar o por la negligencia de los residentes.

Para Usmail, este enfoque tiene sentido desde hace algún tiempo: «Hace algún tiempo empezamos a recoger plásticos. En esta zona, en Lamu, había muchos residuos de plástico. Recogemos residuos de plástico y los vendemos a la organización a 16 chelines por kilogramo, que equivale a unos 16 centavos de dólar. No tenemos trabajo. Aquí es donde encontramos lo que necesitamos para mantener a nuestros hijos y ganarnos la vida.

El apoyo financiero al proyecto Flipflopi proviene, en particular, de subvenciones de otras ONG, que permiten comprar residuos plásticos a los residentes locales. El proceso de transformación de estos residuos lo detalla Ali Skanda, cofundador de la organización: «Vamos a la comunidad y, gracias a las subvenciones, compramos a los residentes. Tenemos nuestros agentes de transporte que nos traen el plástico después de una clasificación preliminar , nuestras clasificadoras clasifican los plásticos por tipo y color. Una vez separados, los enviamos a trituración donde se reducen en escamas, en pequeñas partículas, luego obtenemos trozos de madera de diferentes formas, redondos, como madera. Es a partir de estas piezas de madera de diferentes colores que creamos nuestros muebles.»

Además de este enfoque de reciclaje, el Proyecto Flipflopi también lleva a cabo investigaciones para encontrar soluciones innovadoras a los desafíos que plantea el plástico. Ali Skanda señala, sin embargo, que el reciclaje no está exento de obstáculos, porque ciertos plásticos, modificados con aditivos, se vuelven más difíciles de reciclar. Además, la exposición a la luz solar puede degradar la calidad de algunos plásticos, haciéndolos menos aptos para el reciclaje.

Desde 2019, el Proyecto Flipflopi lanza el Flipflopi, presentado como el primer velero del mundo fabricado con plástico reciclado. Este barco realizó importantes viajes marítimos, como desde el Océano Índico hasta el Lago Victoria. Posteriormente se construyeron otros dos barcos, concretando así el compromiso de la ONG con la economía circular y la protección del medio ambiente..

En conclusión, el Proyecto Flipflopi encarna una iniciativa llena de significado y esperanza, demostrando que con ingenio y determinación es posible transformar los desafíos ambientales en oportunidades sostenibles. Usmail, con su perseverancia, ilustra perfectamente cómo cada individuo puede contribuir, a su propia escala, a la preservación de nuestro planeta.

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