En el centro de la crisis de las pandillas organizadas en Nigeria, el estado de Zamfara se encuentra bajo el fuego de una coalición de organizaciones de la sociedad civil, la Sala de Situación sobre la Lucha contra el Bandidaje. Durante una conferencia de prensa en Abuya, el líder del grupo, Nwogu Ndubisi, criticó la gestión de la crisis por parte de las autoridades estatales, señalando en particular las deficiencias en la respuesta dada al formidable líder de la banda, Turji.
La crisis de las bandas organizadas ha sumido a Zamfara en una espiral de violencia, marcada por secuestros, asesinatos y robo de ganado, obligando a las comunidades rurales a rendir homenaje a los bandidos para evitar ser atacadas. Esta situación ha exacerbado las tensiones y la inseguridad en el estado y sus alrededores.
Por otra parte, la coalición criticó la asignación de recursos en el presupuesto estatal y expresó su preocupación por la posible desviación de fondos destinados a servicios públicos esenciales. También cuestionó la reacción del gobernador Dauda Lawal ante el reciente éxito de los militares en la eliminación del líder de la pandilla, Kachalla Halilu. Instó al gobernador a apoyar los esfuerzos de los militares para llevar la paz a la región.
La Sala de Situación sobre la Lucha contra el Bandidaje pidió mayor transparencia y rendición de cuentas en la gestión de la crisis. Hizo un llamado al Gobierno Federal, a las Fuerzas Armadas de Nigeria y a las agencias pertinentes a que continúen sus esfuerzos para llevar la paz a Zamfara y la región noroeste.
Nwogu Ndubisi dijo: “El pueblo de Zamfara merece un líder que dé prioridad a su seguridad. El pueblo de Zamfara merece algo mejor. Ya es hora de que los líderes den prioridad a la seguridad de la población. La Sala de Situación sobre la Lucha contra el Bandidaje alienta al Gobierno Federal, las Fuerzas Armadas de Nigeria y los organismos pertinentes a continuar sus esfuerzos para llevar la paz a Zamfara y la región del Noroeste.
Frente a estas cuestiones cruciales, es esencial que las autoridades adopten medidas decisivas para poner fin a la violencia y restablecer la seguridad de las poblaciones locales. La crisis de las pandillas requiere una respuesta concertada y eficaz, que implique una estrecha colaboración entre diferentes partes interesadas para garantizar la paz y la prosperidad en la región.