La reciente ceremonia de entrega de títulos de propiedad en Wonkifong, Guinea, marcó un importante punto de inflexión en la historia de las víctimas de los desalojos forzosos en el país. De hecho, veintiséis años después de los brutales desalojos orquestados bajo los regímenes del general Lansana Conté y Alpha Condé, el gobierno guineano ha decidido devolver tierras a más de 2.600 hogares desplazados por la fuerza, lo que simboliza un paso significativo hacia la justicia y la reconciliación.
Esta iniciativa, liderada por la directora general de la Sociedad Nacional de Promoción Inmobiliaria, Maïmouna Laure Mah Barry, va mucho más allá de un simple acto administrativo. Encarna la voluntad del Estado guineano de reconocer y restablecer los derechos fundamentales de los ciudadanos, garantizando su derecho a la propiedad y a la dignidad humana. La entrega de estos títulos de propiedad representa, por tanto, una forma de reparación y rehabilitación para las personas afectadas por desalojos pasados.
El portavoz de las víctimas, Samba Sow, subraya la importancia de este enfoque y pide más apoyo a los desplazados. Pide, en particular, la creación de un fondo de compensación destinado a compensar los daños sufridos por las víctimas. Esta petición legítima resuena como un llamado a una reparación más completa y equitativa para quienes sufrieron las consecuencias de los desalojos.
El general Amara Camara, representante del Jefe de Estado, expresó también su deseo de curar una profunda herida en la sociedad guineana invitando a las víctimas a apoyar las iniciativas de las nuevas autoridades. Insiste en la importancia de la paz, la estabilidad y la continuidad para lograr una reconstrucción real del país. Esta invitación a la unidad y a la reconstrucción se inscribe en una perspectiva de reconciliación y construcción de un futuro más justo para todos los guineanos.
Este acontecimiento marca así una nueva etapa en el proceso de reconstrucción social y política de Guinea, reafirmando el compromiso de las autoridades de reparar las injusticias del pasado y trabajar por un futuro más inclusivo y equitativo para todos sus ciudadanos. La restitución de tierras en Wonkifong representa un símbolo de justicia y esperanza para las víctimas de desalojos forzosos, al tiempo que recuerda la necesidad de continuar los esfuerzos hacia la reconciliación y la justicia social en el país.