La situación en El-Fasher, la capital histórica de Darfur, es alarmante. Desde hace varios meses, la ciudad está asediada por los paramilitares del general Hemedti, sumiendo a la población en una pesadilla diaria. Los testimonios de los residentes hablan de casas destruidas, violencia incesante y grandes pérdidas de vidas. Las autoridades sanitarias lamentan que cada día haya un número importante de civiles muertos y heridos, aunque estas cifras no reflejan todas las víctimas.
La tragedia que se está desarrollando en El-Fasher ya ha costado cientos de vidas y ha obligado a cientos de miles de residentes a huir de sus hogares. La hambruna amenaza a las poblaciones desplazadas, particularmente en el campo vecino de Zamzam, donde el acceso a la ayuda humanitaria se ve obstaculizado por los combates. La comunidad internacional está cada vez más preocupada por la situación y pide una reducción de la tensión y la protección de los civiles.
Los llamamientos a la moderación por parte de líderes mundiales como el presidente estadounidense Joe Biden y el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ponen de relieve la urgencia de la situación en El-Fasher. Las preocupaciones expresadas por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, resaltan la necesidad de actuar inmediatamente para evitar una escalada del conflicto y una nueva tragedia humanitaria.
Es imperativo que las autoridades sudanesas y los paramilitares de Hemedti pongan fin a las hostilidades y permitan que las organizaciones humanitarias accedan a El-Fasher para ayudar a las poblaciones civiles en peligro. La protección de los civiles y el respeto del derecho internacional humanitario deben estar en el centro de las medidas adoptadas para poner fin a la tragedia que azota la ciudad.
Existe una necesidad urgente de una acción internacional concertada por parte de la comunidad internacional para resolver la crisis en El-Fasher y evitar mayores sufrimientos para la población local. No puede haber paz ni estabilidad mientras persista la violencia y los civiles sigan atrapados en conflictos destructivos. La responsabilidad recae en todos los actores involucrados de poner fin a esta espiral de violencia y encontrar soluciones pacíficas para garantizar la seguridad y el bienestar de los residentes de El-Fasher.