La realidad de la mendicidad nocturna en Nigeria

Fatshimetrie: La nueva realidad de los mendigos en las calles de Nigeria

En Nigeria está muy arraigada la tradición de dar limosna a los necesitados. Mucha gente considera a los necesitados, especialmente a los mendigos, como ángeles enviados para poner a prueba su acto de generosidad. Otros creen que cuando una mujer estéril da a los que tienen hijos, dará a luz a sus propios hijos, mientras que la mayoría de la gente cree que dar a los necesitados liberará las bendiciones de Dios sobre ellos.

Sin embargo, estas creencias se están desvaneciendo gradualmente. Muchos nigerianos ya no dan limosna debido al descenso del nivel de vida.

Fatshimetrie descubrió que este desarrollo ha llevado a que la mayoría de los mendigos callejeros, que se sabe que dejan de mendigar alrededor de las 5 de la tarde, extiendan ahora su rutina hasta altas horas de la noche para lograr sus objetivos diarios.

Hauwa Garba, madre de tres hijos que se gana la vida mendigando, dijo: “La gente apenas nos da dinero estos días. He estado mendigando desde 2018. En aquel entonces, la gente daba 500 billetes de naira, 200 naira, ropa y comida para mí y para mi. niños Ahora la gente ni siquiera te mira a ti ni a los niños. El acto de dar ha disminuido inmensamente”.

Añadió que los tiempos actuales son muy difíciles para los mendigos como ella, ya que aquellos que están sanos también tienen dificultades para mantener su vida diaria en comparación con ellos.

La reducción de las limosnas dadas a los mendigos callejeros también fue confirmada por Miss Mercy Udechukwu, vendedora de productos de cuidado de la piel. Dejó de dar dinero a los mendigos de la calle y decidió dar lo que le sobra a los miembros de su familia que luchan por sobrevivir.

Ante esta nueva realidad, muchos nigerianos han cambiado su enfoque de la caridad. En lugar de dar a los mendigos de la calle, recurren a organizaciones benéficas o a familiares necesitados. La difícil situación económica está provocando que la gente redirija su generosidad hacia personas más cercanas que enfrentan dificultades similares.

La observación es clara: la economía actual ha tenido un impacto significativo en las prácticas caritativas tradicionales en Nigeria. Los mendigos callejeros están sintiendo ahora todo el peso de esta crisis económica, obligándolos a ampliar sus horarios de mendicidad y luchar todos los días para satisfacer sus necesidades más básicas.

Es hora de que la sociedad nigeriana reflexione sobre esta realidad y redefina su visión de la caridad y la ayuda a los más desfavorecidos. La compasión y la solidaridad deben mantenerse, incluso en tiempos difíciles. Los mendigos callejeros siempre merecen nuestro apoyo y empatía, no sólo por su precaria situación, sino como seres humanos que merecen dignidad y respeto.

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