Fatshimetrie, 25 de septiembre de 2024.
No se puede seguir ignorando la tragedia que se desarrolla en la prisión central de Kibombo, territorio de Maniema en la República Democrática del Congo. Las condiciones inhumanas en las que viven los detenidos han sido denunciadas enérgicamente, y con razón, por el servicio de Protección Civil de Kibombo.
Prosper Lodi Emungu, presidente de esta estructura cívica, arrojó luz sobre la terrible realidad que se vive detrás de los muros de esta prisión. Hombres y mujeres obligados a pasar las noches en el suelo, privados de alimentos y recibiendo sólo una comida al día, en flagrante violación de los textos legales que garantizan sus derechos fundamentales.
El llamamiento urgente lanzado al Ministerio de Justicia y al Guardián de los Sellos es más que legítimo. Es imperativo que se adopten medidas inmediatas y concretas para poner fin a esta situación inaceptable. Los detenidos en la Prisión Central de Kibombo merecen ser tratados con dignidad, de conformidad con las leyes vigentes.
Es hora de que la administración penitenciaria asuma sus responsabilidades y actúe para promover el respeto de los derechos humanos más básicos. Deben asignarse los fondos necesarios para garantizar condiciones de vida dignas a los reclusos, incluida una alimentación adecuada, una atención sanitaria adecuada y ropa suficiente.
Los detenidos en Kibombo no deben quedar atrás, excluidos de la protección y los derechos que deberían disfrutar como seres humanos. Es nuestro deber como sociedad exigir justicia y humanidad para todos, incluidos los que están tras las rejas.
Las autoridades competentes deben tomar en serio esta alarmante situación, para que la prisión central de Kibombo deje de ser sinónimo de sufrimiento y desesperación, y se convierta en un lugar donde se respeten la dignidad y los derechos de todos.