**Fatshimetrie: huelga del transporte público en la avenida de la Universidad**
Este lunes 30 de septiembre de 2024, una agitación sin precedentes sacudió la Avenue de l’Université. De hecho, los conductores de transporte público y de motos triciclo han iniciado una huelga sorpresa, perturbando así la vida cotidiana de los usuarios, transeúntes y trabajadores de la capital.
Desde las primeras luces del alba se observó un bloqueo masivo, desde Yolo Médical hasta la rotonda de Ngaba. Los vehículos del transporte público se detuvieron, negándose a recoger pasajeros. En cuanto a las motos triciclo, comúnmente llamadas «Tres neumáticos», orquestaron una acción aún más musculosa, obligando a los pasajeros a bajarse y acentuando así el caos que reinaba en la avenida.
Las razones de esta huelga no están lejos de buscarse. Desde hace varios días, los conductores son víctimas de un acoso incesante por parte de las autoridades, en particular de los agentes de la policía de tránsito. Los testimonios recogidos hablan de controles abusivos, brutalidad injustificada y, sobre todo, pago de multas exorbitantes sin ningún motivo válido. Un motociclista testifica: «Tengo todos mis papeles en regla, pago mi pegatina, pero me paran constantemente y me tratan como a un delincuente. Es insoportable».
Ante esta situación insostenible, los conductores habían advertido desde hace una semana de su intención de paralizar el tráfico si estos abusos persistían. Lamentablemente, por falta de escucha y diálogo, la huelga se ha convertido en su último recurso para hacerse oír. Los usuarios del transporte público, primeras víctimas de este enfrentamiento, tuvieron que improvisar sus viajes, algunos caminando kilómetros, otros tomando a regañadientes «medias carreteras» para llegar a sus lugares de trabajo.
Esta crisis pone de relieve las tensiones subyacentes entre los conductores y las autoridades, planteando profundos interrogantes sobre la regulación del sector del transporte público y la seguridad de los usuarios. La población, atrapada entre dos partes en conflicto, espera ahora una solución rápida para que el servicio de transporte pueda volver a la normalidad.
En definitiva, esta huelga del transporte público en la Avenue de l’Université demuestra la fragilidad del sistema de transporte de la capital. Ahora es imperativo que las autoridades y los conductores entablen un diálogo constructivo y encuentren soluciones duraderas para evitar futuras crisis como ésta. Porque al final son los ciudadanos corrientes los que pagan el precio de estos conflictos, impacientes por volver a una vida cotidiana pacífica y funcional.