A mediados del año 2024, el déficit de gasto del gobierno federal de Nigeria experimentó un aumento significativo de 6,59 billones de naira en el primer semestre a 8,44 billones de naira. Esta cifra ya representa el 92% del déficit anual proyectado de 9,18 billones de naira según lo establecido en el presupuesto del año en curso. Este aumento del déficit contrasta con un aumento del 35% en los ingresos del gobierno durante el mismo período.
Según el informe de Estadísticas Económicas Trimestrales del Banco Central de Nigeria, este aumento del déficit se observó a pesar de un notable crecimiento de los ingresos estatales. En el primer trimestre de 2024, el déficit se situó en 4,18 billones de naira, aumentando ligeramente hasta 4,26 billones de naira en el segundo trimestre del mismo año. Los ingresos del gobierno también aumentaron, registrando un crecimiento interanual del 35,7% para alcanzar los 3,8 billones de naira en el primer semestre, en comparación con los 2,8 billones de naira del año anterior.
Curiosamente, el presidente Tinubu ha puesto en marcha iniciativas para mejorar la recaudación de impuestos, encaminando así al gobierno hacia el logro de su objetivo de ingresos de 19,4 billones de naira para este año. El aumento de la producción de petróleo y el fortalecimiento del cumplimiento tributario han contribuido a este desarrollo positivo.
En términos de gasto, aumentó un 30,6% interanual hasta 12,15 billones de naira en el primer semestre del año. En el segundo trimestre, aumentaron un 17,8% hasta alcanzar los 6,6 billones de naira. El presupuesto de Renewal Hope para 2024 proyectó ingresos de 18,32 billones de naira, un gasto total de 27,5 billones de naira y un déficit de 9,18 billones de naira. Los supuestos económicos clave en los que se basaron estos pronósticos incluyeron un precio de referencia del petróleo de 78 dólares por barril, una producción de petróleo de 1,78 mbpd, un tipo de cambio de 750 naira por dólar, una meta de inflación del 21,4% y un crecimiento del PIB del 3,76%.
Ante estas cifras y estas perspectivas, es crucial que el gobierno actúe con prudencia en la gestión de las finanzas públicas para garantizar la estabilidad económica del país. La necesidad de maximizar los ingresos y al mismo tiempo controlar los gastos es esencial para garantizar un desarrollo sostenible y equilibrado.