La reciente iniciativa titulada «Caminata de oración ambiental», organizada por los obispos de la archidiócesis de Accra, en colaboración con miles de feligreses católicos de la capital de Ghana, despertó un gran interés y movilizó a una parte importante de la población. La protesta pacífica, que tuvo lugar el viernes 11 de octubre, tuvo como objetivo crear conciencia sobre los efectos destructivos de la minería ilegal, comúnmente conocida como galamsey.
Los participantes expresaron preocupación por el daño ambiental causado por galamsey, que ha afectado las vías fluviales y los ecosistemas de Ghana. Al presentar una petición a la presidencia, demostraron su voz común para exigir medidas más estrictas de protección del medio ambiente y el cese de galamsey.
El director de Gobernanza, Justicia y Paz, también capellán del Parlamento y representante de la Conferencia Episcopal de Ghana, padre Michael Quarcoo, destacó que esta causa es asunto de todos, involucrando a los responsables políticos, a los actores de la industria minera, a los líderes tradicionales y a todos Ciudadano ghanés.
Además de los feligreses católicos, otros grupos como FixTheCountry y Democracy Hub se unieron a la marcha, expresando su apoyo a la causa ambiental y pidiendo el fin de la galamsey y la preservación de los recursos hídricos del país. Estas medidas son tanto más urgentes cuanto que las explotaciones mineras de oro no reguladas han provocado un verdadero desastre medioambiental, lo que ha obligado al gobierno a tomar medidas inmediatas.
Las crecientes demandas de acción gubernamental urgente incluyen la declaración de un estado de emergencia en las zonas mineras y la cancelación de licencias mineras. Estos llamamientos se producen en un contexto económico difícil para Ghana, que se prepara para reanudar el pago de la deuda en las próximas semanas.
Bernard Mornah, un activista comprometido, aboga por un cambio de paradigma y cuestiona el impacto real de los ingresos de la minería en el desarrollo nacional. Se plantea así la necesidad de repensar las políticas mineras actuales.
La marcha finalizó en el Templo de Cristo Rey, donde se entregó una petición. Este lugar, situado cerca de la Place de la Révolution, simboliza la perseverancia de los activistas por la democracia, a pesar de las tácticas represivas del pasado.
Queda por ver si esta manifestación marca el inicio de una actitud más favorable de las autoridades hacia los movimientos de protesta o si refleja una continuación de la injusticia selectiva. Estos eventos resaltan la importancia de proteger los recursos naturales de Ghana y promover prácticas mineras sostenibles para el futuro del país.