Fatshimetrie llevó a cabo una encuesta en profundidad entre varias partes interesadas religiosas para explorar las prácticas actuales con respecto a la promoción de la educación sobre igualdad de género dentro de diferentes iglesias. El objetivo era comprender los desafíos que enfrentan y los diferentes enfoques adoptados para implementar este principio fundamental.
Jonas Ngalamulume, jefe del Ministerio Evangélico y Profético en el Nombre de Jesucristo (MEPROJEC), destacó la importancia de descentralizar el poder dentro de la iglesia, combatir los discursos discriminatorios y promover a las mujeres a puestos de responsabilidad. Sin embargo, señaló que las oportunidades para que las mujeres prediquen siguen siendo limitadas, refiriéndose a las enseñanzas bíblicas.
Por otro lado, Christian Mfuri, presidente juvenil de la Iglesia Asamblea de Cristo, admitió la falta de un programa estructurado sobre igualdad de género dentro de su iglesia, justificado por una interpretación literal de la Biblia. Pese a ello, destacó su compromiso con el empoderamiento de la mujer a través de programas de formación destinados a animar a las mujeres a buscar la excelencia en sus respectivos campos.
Richard Moke, jefe del Ejército de Angelitos, destacó un enfoque sutil hacia la educación en igualdad de género al inculcar en los niños valores de respeto, intercambio y consideración mutua dentro de este grupo. Destacó la importancia de sensibilizar a los niños sobre este tema a través de la formación doctrinal y la enseñanza de la cultura general.
Ben Kipulu, seminarista teológico, abordó la controvertida cuestión del sacerdocio reservado a los hombres dentro de la Iglesia católica, destacando el papel esencial de la mujer en la Iglesia a pesar de esta restricción. Recordó que la Iglesia mantiene una distinción entre los roles de hombres y mujeres basándose en una interpretación específica de la Escritura.
En conclusión, los esfuerzos por promover la igualdad de género dentro de diferentes iglesias son encomiables, pero persisten los desafíos. Es crucial conciliar tradición y modernidad, combatir estereotipos profundamente arraigados y capacitar a los actores religiosos en cuestiones de género. El diálogo abierto entre diferentes religiones también es esencial para avanzar hacia una mayor igualdad de género dentro de las comunidades religiosas.
En última instancia, las interpretaciones divergentes de los textos sagrados, la resistencia cultural y las estructuras jerárquicas de las iglesias representan obstáculos que hay que superar para lograr una verdadera igualdad de género dentro de todas las comunidades religiosas.