Fatshimetrie denuncia hoy una realidad alarmante que se desarrolla en Bunia, en Ituri, donde más de 1.600 estudiantes, en su mayoría niños del centro de desplazados del ISP, estudian en condiciones extremadamente precarias. Estos niños, privados de material escolar, cuadernos, bolígrafos e incluso uniformes, asisten a la única escuela ubicada en las afueras de la ciudad. Cada día, estos jóvenes estudiantes caminan valientemente cinco kilómetros para llegar al establecimiento, después de haber realizado las tareas domésticas para sustentar a sus familias.
El complejo escolar Sagesse Kabazo acoge así a estos estudiantes, ofreciéndoles una oportunidad de educación a pesar de los desafíos que enfrentan. Sin embargo, las condiciones de vida de estos niños revelan una situación crítica. Algunos de ellos tienen que ir a la escuela con el estómago vacío debido a la falta de comida suficiente en casa. Además, el carácter especialmente remoto de la escuela expone a estos niños a peligros como accidentes de tráfico, ahogamiento e incluso secuestros. El director de la escuela, Jean de Dieu Bahati, da la voz de alarma y pide una intervención urgente de las autoridades y de las personas de buena voluntad para mejorar las condiciones de vida y de aprendizaje de estos niños vulnerables.
Los conmovedores testimonios de los estudiantes subrayan la urgencia de la situación. Uno de ellos denuncia la falta de uniformes, zapatos y alimentos, señalando la precariedad de su vida cotidiana. Algunos compañeros se ven obligados a mendigar en la ciudad, exponiendo así su integridad a grandes riesgos. Estos niños, portadores de tantas esperanzas y sueños, merecen una mejor atención que les permita prosperar en un entorno seguro y propicio para el aprendizaje.
Ante esta llamada de ayuda, es fundamental sensibilizar a la opinión pública y a las autoridades locales para encontrar soluciones concretas para estos niños desfavorecidos. La educación es un pilar esencial del desarrollo de cada individuo y ningún niño debe verse privado de este derecho fundamental. Es hora de actuar colectivamente para ofrecer un futuro mejor a estos jóvenes estudiantes, símbolos de valentía y resiliencia ante la adversidad.