En un mundo cada vez más digital y conectado, el acceso a Internet sigue siendo un problema importante para muchas regiones del mundo. El África subsahariana, en particular, sigue siendo la región menos conectada del mundo: sólo el 27% de su población utiliza servicios de Internet. Este alarmante hallazgo pone de relieve una brecha de cobertura del 13% y un déficit de uso del 60%, según el reciente informe de la GSMA titulado «State Of Mobile Internet Connectivity 2024».
Las cifras hablan por sí solas: de los 7.100 millones de personas que habitan el planeta, el 43% todavía no está conectado a Internet móvil, es decir, 3.450 millones de personas. Este hallazgo resalta la magnitud del desafío que enfrenta el mundo en términos de inclusión digital y acceso equitativo a las tecnologías de la información.
Sin embargo, Internet móvil tiene un inmenso potencial para impulsar el crecimiento económico y el desarrollo social. El informe destaca que la plena explotación de este recurso sigue obstaculizada por importantes obstáculos. Por ejemplo, 350 millones de personas viven en zonas donde las redes móviles de Internet son inexistentes, lo que constituye un verdadero obstáculo para su desarrollo.
Además, el informe revela que 3.100 millones de personas viven en zonas cubiertas por Internet móvil pero no lo utilizan, lo que representa una enorme «brecha de uso». Cerrar estas brechas es esencial para permitir que estas poblaciones se beneficien de las oportunidades que ofrece la conectividad digital.
Invertir en infraestructura de Internet móvil es una necesidad urgente, como lo destaca el informe, que estima que se necesitarán 418 mil millones de dólares para lograr el acceso universal a Internet. Estas inversiones no solo beneficiarán a las economías desarrolladas, sino también a los países de ingresos bajos y medios, cuyo PIB podría aumentar en 3.500 millones de dólares entre 2023 y 2030.
Además, es crucial hacer que los dispositivos básicos sean más accesibles para las poblaciones más desfavorecidas. De hecho, en los países menos desarrollados, el costo de los teléfonos inteligentes representa una parte importante del ingreso mensual promedio, alcanzando a veces hasta el 99% del ingreso del 20% más pobre de la región subsahariana.
En conclusión, el acceso a Internet móvil es una cuestión crucial para el desarrollo económico y social de las poblaciones de todo el mundo. Es imperativo superar las barreras que limitan la conectividad de las poblaciones más vulnerables e invertir fuertemente en la infraestructura necesaria para garantizar un acceso equitativo para todos. Sólo una acción concertada a nivel mundial permitirá afrontar este desafío y construir un futuro digital inclusivo para todos.