Fatshimetrie – Ecos de una voluntad de cambio constitucional
La República Democrática del Congo, a menudo plagada de cuestiones políticas complejas, se encuentra hoy en el centro de un candente debate sobre la necesidad de una nueva Constitución. El presidente Félix Tshisekedi anunció recientemente su intención de crear una comisión para estudiar esta cuestión, lo que despertó un gran interés y reacciones contrastantes entre la población.
Durante su discurso en Kisangani, el Jefe de Estado destacó las actuales «debilidades» de la Constitución vigente, afirmando que no se corresponde con las realidades del país y que favorece intereses egoístas en detrimento del bien común. También se han señalado como síntomas de un sistema institucional fallido los retrasos en la formación del gobierno y de las asambleas provinciales.
Este debate sobre una posible revisión constitucional no es nuevo en la República Democrática del Congo. A principios de octubre, el secretario general de la UDPS, el partido del presidente, mencionó las recomendaciones del difunto Etienne Tshisekedi a favor de tal reforma. Sin embargo, esta iniciativa está lejos de ser unánime y algunos actores de la oposición la ven como una maniobra destinada a consolidar el poder existente.
Sin embargo, Félix Tshisekedi insiste en que cualquier modificación de la duración del mandato presidencial no redunda en su propio interés, sino en la voluntad del pueblo congoleño. Subraya así la dimensión democrática y participativa de este enfoque, cuyo objetivo es responder mejor a las expectativas y necesidades de los ciudadanos.
La Constitución de 2006, resultado de largas negociaciones políticas, representa el tercer texto fundamental adoptado por la República Democrática del Congo. Revisado por última vez en 2011, encarna tanto las esperanzas como las frustraciones de un país que busca estabilidad y progreso.
En este período de agitación política y social, la cuestión de la revisión constitucional en la República Democrática del Congo plantea cuestiones cruciales y pone de relieve los desafíos que enfrenta el país. Los debates actuales dan testimonio de la vitalidad democrática y la diversidad de opiniones dentro de la sociedad congoleña, dispuesta a movilizarse para configurar su futuro con determinación y lucidez.