Fatshimetrie, 27 de octubre de 2024. El delito de difundir rumores falsos y los desafíos que plantea estuvieron recientemente en el centro de los debates durante un intercambio organizado en la prestigiosa comuna de Gombe, en Kinshasa. Este evento, que atrajo la atención de periodistas y expertos jurídicos, fue una oportunidad para analizar en profundidad las implicaciones de este complejo tema.
Charles Mushizi, respetado autor del libro “Press Offenses”, destacó la importancia de distinguir la naturaleza falsa de la información antes de juzgar a alguien por la propagación de noticias falsas. Subrayó el carácter injusto de la represión de estos delitos sin haber establecido claramente la veracidad de los hechos incriminados. De hecho, la cuestión de la verificación de las fuentes y la confiabilidad de la información debería estar en el centro de las preocupaciones antes de señalar con el dedo a los periodistas.
Me Trésor Likonza también arrojó luz sobre el tema subrayando que el delito de información falsa no concierne exclusivamente a los periodistas. De hecho, puede considerarse como un ataque a la seguridad del Estado, que pone en peligro la estabilidad interna de la nación. Esta dimensión más amplia subraya la importancia de luchar contra la difusión de información falsa que podría socavar la confianza de los ciudadanos en las instituciones y sembrar el desorden en la sociedad.
El paciente Ligodi, organizador de este evento intelectual, destacó el estrecho vínculo entre lo falso y lo falsificado, destacando la necesidad de aclarar jurídicamente estos conceptos para una mejor aplicación de la ley. La primera edición del Club del Libro, centrada en el tema «La propagación de rumores falsos y ¡qué protección para el periodista!», permitió profundizar estas reflexiones y sensibilizar al público sobre los problemas actuales relacionados con la difusión de información engañosa.
En conclusión, esta reunión puso de relieve la complejidad de las cuestiones relativas al delito de difusión de rumores falsos y subrayó la necesidad de un enfoque justo y equilibrado en la lucha contra la desinformación. Los periodistas y los actores de la sociedad civil tienen un papel crucial que desempeñar en la promoción de información confiable y la defensa de la libertad de expresión, respetando al mismo tiempo los límites éticos y legales que garantizan la seguridad y la estabilidad del Estado.