Durante el año pasado, Gaza experimentó una trágica escalada de violencia que afectó profundamente a la población, en particular a las mujeres y los niños. Según el Ministerio de Salud palestino, más de 43.000 palestinos han perdido la vida, más de la mitad de ellos mujeres y niños. Estas pérdidas humanas son desgarradoras y revelan la magnitud de la crisis humanitaria que azota la región.
Recientemente, los enfrentamientos se han intensificado en el norte de Gaza, lo que ha provocado la muerte de 96 personas más. La invasión de las fuerzas israelíes al hospital Kamal Adwan en Beit Lahiya provocó indignación, con el arresto de 100 presuntos militantes de Hamas y 44 miembros masculinos del personal del centro, según la Organización Mundial de la Salud.
Las autoridades israelíes dicen que los militantes están utilizando hospitales con fines militares, una acusación que los funcionarios palestinos rechazan categóricamente. En este contexto de conflicto prolongado, Israel ha pedido a los residentes del norte de Gaza que evacuen la zona, ya que la ayuda humanitaria es cada vez más escasa.
Desde el inicio de las hostilidades el 7 de octubre de 2023, la pérdida de vidas se ha ido acumulando, con más de 43.000 muertos y 101.110 heridos registrados en Gaza. Esta angustiosa situación exige una intervención urgente de la comunidad internacional para poner fin a la violencia y garantizar la protección de los civiles, en particular las mujeres y los niños, que son los más vulnerables ante este devastador conflicto.
Es imperativo que todas las partes adopten medidas para preservar la vida humana y respetar el derecho internacional humanitario. No se puede ignorar el sufrimiento del pueblo palestino y es hora de poner fin a esta violencia sin sentido para permitir la reconstrucción y la paz en la región.