El horror de la situación en el hospital del norte de Gaza es indescriptible. En medio de los escombros causados por un ataque aéreo israelí, el Dr. Hussam Abu Safiya se encontró casi solo para recibir y cuidar a las víctimas. Un cuadro apocalíptico emerge cuando decenas de cadáveres y heridos llegan furtivamente al establecimiento médico, en un estado crítico y deshumanizado.
La flagrante falta de recursos médicos se siente cruelmente, convirtiendo cada momento en una pesadilla para el personal médico restante. Semanas de bombardeos israelíes han dejado el hospital en un estado de completa desolación, incapaz de hacer frente a la afluencia masiva de pacientes que requieren atención urgente.
La escena es aún más caótica con la destrucción de una casa al lado del hospital, generando una afluencia continua de heridos y moribundos. El Dr. Abu Safiya y su equipo, considerablemente reducidos tras la detención de 57 trabajadores sanitarios por el ejército israelí, se encuentran impotentes ante la gravedad de las heridas y la cruel falta de medios para proporcionar una atención adecuada.
En este caos indescriptible, el Dr. Abu Safiya lanza un llamamiento urgente a la comunidad internacional para que abra un corredor humanitario que permita la entrega de emergencia de suministros médicos, personal de enfermería y ambulancias al hospital. Imágenes horripilantes de personas transportadas en carros improvisados ilustran la angustia y el sufrimiento insoportable que reina en este establecimiento abrumado.
Acusando a Israel de perpetrar genocidio en Gaza, el Dr. Abu Safiya declara que la situación actual equivale a una verdadera catástrofe humanitaria y pide ayuda, con un grito de angustia y desesperación. Las afirmaciones de las autoridades israelíes sobre la presencia de armas y de combatientes de Hamás en el hospital son fuertemente cuestionadas por el personal médico que destaca la increíble violencia de los ataques perpetrados contra civiles inocentes que buscaban atención.
La imagen dibujada por el Dr. Abu Safiya revela la magnitud de la tragedia que se desarrolla en Gaza, un testimonio conmovedor de la brutalidad de los combates y del alto costo humano. A la espera de una reacción internacional enérgica e inmediata, el hospital Kamal Adwan sigue siendo el triste escenario de una guerra despiadada, donde la vida y la muerte coexisten en la indiferencia y la violencia.