Fatshimetria
El miércoles 30 de octubre de 2024 quedará grabado como una fecha simbólica en la historia de la República Democrática del Congo (RDC). En este día especial, más de 135 organizaciones de la sociedad civil, incluida la Coalición de Organizaciones de la Sociedad Civil para el Seguimiento de las Reformas y la Acción Pública (CORAP), optaron por alzar su voz con fuerza y determinación. Reunidos en Kinshasa, estos actores comprometidos lanzaron una rotunda declaración contra la explotación de petróleo y gas en el país, inaugurando así una campaña con un mensaje claro y movilizador: “Nuestra tierra sin petróleo”.
Esta campaña, que lleva una noble lucha por la preservación del medio ambiente y el respeto de los derechos de las poblaciones locales, tiene su origen en la subasta de bloques de petróleo y gas en zonas sensibles de la República Democrática del Congo. Ante esta amenaza inminente a los frágiles ecosistemas y los territorios de las comunidades indígenas, la sociedad civil se ha erigido como un baluarte contra el apetito voraz de la industria extractiva.
El corazón de la protesta reside en el deseo de estas organizaciones de que se cancelen estos proyectos de explotación, considerados no sólo perjudiciales para el medio ambiente, sino que también conllevan flagrantes violaciones de los derechos humanos, en particular los de los pueblos indígenas. Si bien se dio un primer paso con el anuncio parcial de la cancelación de determinadas licitaciones, la situación sigue siendo amarga para la sociedad civil, que denuncia las numerosas irregularidades y la falta de transparencia que empañaron el proceso de adjudicación de los bloques.
En su lucha por una RDC que garantice la preservación de sus riquezas naturales, la campaña “Nuestra Tierra Sin Petróleo” pretende ser abanderada de una movilización ciudadana sin precedentes. Más allá de la simple oposición a la explotación de los recursos fósiles, se trata de trabajar para construir un futuro sostenible y equitativo para todos. Las demandas de la sociedad civil van desde la cancelación total de proyectos de hidrocarburos hasta la implementación de medidas concretas que promuevan un desarrollo que respete el medio ambiente y cree empleos sostenibles.
Al exigir la responsabilidad de todos los actores implicados, desde la esfera política hasta las empresas del sector, la campaña “Nuestra tierra sin petróleo” resuena como un grito de alarma ante las cuestiones cruciales que afronta la República Democrática del Congo. Es urgente colocar la preservación de nuestro planeta y el respeto de los derechos de las personas en el centro de las políticas energéticas y económicas, para construir un futuro donde la prosperidad se combine con el respeto por la naturaleza.
Por lo tanto, más allá de las disputas políticas y los intereses particulares, lo que hoy está en juego es el futuro de todo un país.. La campaña “Nuestra Tierra sin Petróleo” encarna la esperanza de un cambio profundo, de una conciencia colectiva para construir juntos un futuro mejor y sostenible. Porque está en juego la supervivencia de nuestra Tierra, nuestro bien común, nuestro patrimonio para las generaciones futuras. Actuemos ahora, para que el mañana sea sinónimo de respeto, solidaridad y armonía con nuestro entorno.
Por [Su nombre], para Fatshimetrie