El consumo de cannabis, en particular de tetrahidrocannabinol (THC), genera preocupación sobre sus efectos en el cerebro adolescente. Un estudio reciente realizado en la Universidad de Montreal revela que el THC, el principal componente psicoactivo del cannabis, podría contribuir a la contracción de la corteza cerebral.
Este descubrimiento se produce en un contexto en el que el consumo de cannabis está cada vez más extendido. En el Reino Unido, casi una de cada diez personas dice haber consumido cannabis durante el último año. Esta tasa se eleva al 15% entre los jóvenes de 16 a 24 años.
También se advierte sobre los efectos nocivos del cannabis a largo plazo. En Estados Unidos, donde el cannabis está legalizado en 24 estados, se ha observado un aumento de los efectos secundarios graves relacionados con el consumo crónico. Entre estos efectos se destacó particularmente el «scromiting», una condición alarmante caracterizada por ataques simultáneos de gritos y vómitos.
Estudios anteriores ya han destacado los riesgos asociados con el consumo temprano de cannabis. Una investigación de 2007 demostró que los adolescentes que fumaron cannabis cinco o más veces tenían el doble de riesgo de desarrollar trastornos psicóticos graves en la década siguiente en comparación con los no consumidores.
El Dr. Tomas Paus, psicólogo y coautor del estudio de la Universidad de Montreal, advierte de las posibles consecuencias del cannabis en el cerebro. Señala que el consumo de cannabis podría dañar la capacidad del cerebro para aprender, interactuar con otros y procesar nuevas experiencias.
En conclusión, es importante crear conciencia sobre los riesgos asociados al consumo de cannabis, especialmente entre los adolescentes. Los datos científicos que destacan los efectos nocivos del THC en la corteza cerebral resaltan la importancia de promover una actitud responsable hacia esta sustancia para proteger la salud mental y el bienestar de las personas, especialmente de las generaciones más jóvenes.