En un contexto geopolítico tenso y turbulento, las recientes señales de los líderes militares israelíes revelan el deseo de poner fin a la escalada de tensiones con Hezbolá en el Líbano y Hamás en Gaza. Esto parece indicar que los objetivos del ejército israelí se han logrado y que ya es hora de que los políticos inicien conversaciones para llegar a un acuerdo.
Este acontecimiento se produce cuando el Primer Ministro libanés plantea la posibilidad inminente de un alto el fuego entre Hezbolá e Israel. Por su parte, los dos candidatos a la presidencia estadounidense han expresado claramente su deseo de no incluir los conflictos de Gaza y el Líbano en la agenda de su mandato.
Cuando el máximo general del ejército israelí habló con oficiales en el norte de Gaza, fue más lejos que nunca al sugerir que las fases militares de ambos conflictos deberían terminar. Herzi Halevi, jefe del Estado Mayor, sugirió que se podría vislumbrar una conclusión clara en el norte, refiriéndose a la guerra contra Hezbollah en el Líbano. En cuanto a Gaza, mencionó que eliminar al comandante de la Brigada del Norte de Gaza conduciría a un mayor colapso. Esta declaración marca un punto de inflexión en la perspectiva israelí sobre estos conflictos.
El primer ministro Benjamín Netanyahu ha prometido repetidamente una “victoria absoluta”, pero su ministro de Defensa, Yoav Gallant, ha expresado dudas sobre esa ambición. En agosto, calificó de «tontería» la idea de una «victoria absoluta» en Gaza y afirmó que era hora de revisar los objetivos de la guerra. En un memorando privado dirigido al primer ministro y a su gabinete, Gallant destacó la necesidad de objetivos de guerra más realistas, centrados en la liberación de rehenes, la neutralización de la amenaza militar de Hamás y la promoción de un gobierno civil en Gaza.
Por su parte, el Primer Ministro libanés expresó optimismo sobre un posible alto el fuego entre Hezbollah e Israel, citando las discusiones en curso en esta dirección. Destacó que Hezbollah ya no exige el fin de la guerra en Gaza como condición previa para un alto el fuego en el Líbano. Este hecho podría allanar el camino para poner fin a la crisis en la región.
A pesar de estos avances e indicios de desescalada, el primer ministro Netanyahu parece haber tomado una posición firme, reafirmando su deseo de continuar el conflicto hasta la «victoria absoluta». Sin embargo, se han reanudado negociaciones indirectas con Hamás en Qatar, planteando la posibilidad de un alto el fuego temporal a cambio de la liberación de los rehenes. Sin embargo, el Primer Ministro aún no ha dado ninguna garantía de que se alcanzará un acuerdo más amplio para poner fin a las hostilidades..
En este contexto complejo y en evolución, está claro que se están produciendo avances importantes y que el camino hacia una solución pacífica de los conflictos en el Medio Oriente podría estar tomando forma. Queda por ver si los distintos actores lograrán aprovechar esta oportunidad para abrir un nuevo capítulo de estabilidad y cooperación en la región.