El discurso de Su Majestad el Rey Mohammed VI pone de relieve la determinación de Marruecos de defender su integridad territorial y el carácter marroquí de su Sáhara. El Soberano subraya el apego de los habitantes del Sahara a su identidad marroquí, basada en fuertes vínculos históricos. De hecho, la población saharaui sigue siendo fiel a los símbolos nacionales del Reino, como lo demuestra la tradición centenaria de la Beia que los vincula a los reyes de Marruecos.
Además, el discurso enfatiza las dinámicas positivas de desarrollo, seguridad y estabilidad presentes en las provincias saharianas de Marruecos. Esta realidad tangible contrasta con discursos obsoletos y desconectados, que siguen promoviendo teorías obsoletas y poco realistas, incluida la exigencia de un referéndum inviable según las Naciones Unidas.
Marruecos se posiciona a favor de una solución basada en la iniciativa de autonomía del Sáhara, apoyada internacionalmente y que ofrezca un marco de colaboración y progreso para toda la región. Sin embargo, el Reino constata que ciertos actores internacionales están desviando la cuestión saharaui con fines políticos o económicos, en detrimento de la integridad territorial de Marruecos.
Ante estos desafíos, Su Majestad el Rey pide a las Naciones Unidas que asuman sus responsabilidades y reconozcan la legitimidad de la posición marroquí sobre la cuestión del Sáhara. Recuerda también la importancia de garantizar un desarrollo justo a todos los ciudadanos marroquíes, ya residan en el Sáhara, en el Rif o en otros lugares, para que todos puedan beneficiarse del progreso económico y social del país.
En conclusión, el discurso real subraya el firme compromiso de Marruecos con su integridad territorial, la marroquinidad del Sáhara y el progreso compartido dentro de la nación. El Reino afirma su determinación de defender sus intereses legítimos promoviendo al mismo tiempo un enfoque de cooperación y desarrollo inclusivo para todo su territorio.