Fatshimetrie: El presidente Donald Trump y África en cuestión
Desde la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, África ha estado en gran medida ausente de la agenda diplomática estadounidense. Su primer mandato estuvo marcado por un flagrante desinterés por el continente africano, con la notable excepción del reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. De hecho, el presidente estadounidense nunca ha puesto un pie en suelo africano y no ha mostrado ningún interés particular por las cuestiones políticas y económicas que allí están en juego.
La ausencia de Donald Trump de África contrasta marcadamente con las visitas simbólicas de su predecesor, Barack Obama, a países como Kenia y Etiopía. Estas visitas marcaron una conexión simbólica y personal con el continente, simbolizando la importancia de África en la política exterior estadounidense. Sin embargo, bajo la presidencia de Trump, África pareció relegada a un segundo plano, y la administración centró sus esfuerzos en otras regiones del mundo como Oriente Medio y Europa del Este.
La falta de una política clara hacia África por parte de Donald Trump también se ha manifestado en declaraciones controvertidas, como su descripción de los países africanos como «países de mierda». Estos comentarios provocaron indignación y desaprobación en todo el continente, destacando la falta de consideración y respeto del presidente estadounidense por las naciones africanas.
En el ámbito diplomático, las interacciones entre la administración Trump y los líderes africanos han sido limitadas, y las acciones concretas para el desarrollo y la cooperación con África han sido escasas. Los programas de ayuda e inversión en África se han mantenido, a pesar de la falta de compromiso personal de Donald Trump. Sin embargo, con el inicio de un segundo mandato, las expectativas de los líderes africanos de una mayor cooperación con Estados Unidos pueden verse frustradas, dada la aparente falta de interés del presidente reelegido en el continente.
En conclusión, la ausencia de Donald Trump en África y su falta de implicación en los asuntos africanos ponen de relieve los límites de su visión geopolítica y de su política exterior. Si bien el continente africano está experimentando cambios rápidos y representa un importante desafío económico y geoestratégico, la actitud de la administración Trump demuestra una falta de visión y compromiso para África. Por lo tanto, la próxima administración tendrá que reconsiderar su política africana y fortalecer los vínculos con el continente para responder a los desafíos y oportunidades de esta región en crecimiento.