El reciente posicionamiento de los líderes religiosos de Haut-Katanga a favor de una revisión constitucional en la República Democrática del Congo provoca fuertes reacciones y plantea interrogantes sobre el futuro político del país. Respaldando la iniciativa defendida por el Jefe de Estado Félix-Antoine Tshisekedi, estos representantes de las distintas confesiones religiosas expresaron su apoyo durante una reunión celebrada en Lubumbashi.
Entre las preocupaciones que pueden surgir tras esta declaración, surge la cuestión de la naturaleza del aporte que desean hacer a esta revisión constitucional. Es necesario preguntarse hasta qué punto la implicación de los líderes religiosos en cuestiones políticas de esta magnitud es beneficiosa para toda la población congoleña.
Cuando Mons. François Mutombo subraya la necesidad de revisar ciertos artículos de la Constitución para adaptarla a las realidades del país, destaca la importancia de un enfoque participativo en materia de desarrollo institucional. Sin embargo, debemos permanecer atentos a los posibles sesgos políticos que podrían resultar de esta movilización de líderes religiosos.
Además, el discurso del vicegobernador de Lualaba, Clément Mufundji, destaca la soberanía del Estado y la necesidad de podar determinadas disposiciones de la Constitución. Este deseo de fortalecer las bases institucionales del país es loable, pero debe ir acompañado de transparencia y una mayor participación ciudadana para garantizar la integridad del proceso de revisión.
En última instancia, esta posición adoptada por los líderes religiosos de Haut-Katanga plantea preguntas legítimas sobre su impacto en la democracia y la gobernanza en la República Democrática del Congo. Si la participación de los actores de la sociedad civil es esencial para construir un futuro político estable que respete las libertades fundamentales, es importante garantizar que todas las voces puedan expresarse y que los mecanismos de consulta sean inclusivos y equitativos.