El Stade de France, sede emblemática del fútbol francés, será el escenario de un partido de alto riesgo entre Francia e Israel en el marco de la Liga de las Naciones. Para garantizar la seguridad de este evento, se movilizarán nada menos que 4.000 policías y gendarmes, formando así un dispositivo excepcional y muy poco común para un partido internacional.
Según el prefecto de policía de París, Laurent Núñez, este aumento del nivel de seguridad puede explicarse por un contexto geopolítico tenso y por incidentes previos ocurridos durante eventos deportivos similares. De hecho, la violencia en Amsterdam entre grupos de individuos y partidarios del Maccabi Tel Aviv provocó recientemente la condena internacional, destacando los riesgos potenciales vinculados a tales confrontaciones.
Así, las autoridades pretenden evitar excesos y alteraciones del orden público desplegando drásticas medidas de seguridad tanto dentro como fuera del Estadio de Francia. Además de las fuerzas del orden, estarán presentes alrededor de 1.600 agentes de seguridad, e incluso se movilizará la unidad de élite Raid para garantizar la protección del equipo israelí.
A pesar de esta masiva movilización, la Federación Francesa indicó que sólo se habían vendido unas 20.000 entradas para el partido, por lo que aún quedaban muchas plazas disponibles. Por lo tanto, es fundamental que las taquillas permanezcan abiertas para permitir que el mayor número posible de personas asistan a este gran evento deportivo, garantizando al mismo tiempo la seguridad de todos los espectadores.
Este encuentro entre Francia e Israel promete ser, por tanto, un momento clave en la Liga de las Naciones, pero también una prueba para las autoridades responsables de garantizar un progreso armonioso en un contexto sensible. Esperemos que el deporte prevalezca sobre las tensiones y que esta velada en el Stade de France siga siendo ante todo una celebración del fútbol y del juego limpio.