Las elecciones parlamentarias en Senegal, que tendrán lugar este fin de semana, están atrayendo la atención de todo un país. Dos figuras políticas destacadas, a saber, el ex Primer Ministro Ousmane Sonko y el ex Presidente Macky Sall, se encuentran una vez más enfrascados en una lucha por el control de la Asamblea Nacional de 165 escaños. Este cara a cara sigue a su enfrentamiento durante las elecciones presidenciales de marzo de 2024.
La disolución del Parlamento en septiembre por el Presidente Bassirou Diomaye Faye, alegando obstáculos de la oposición, dio lugar a la convocatoria de elecciones anticipadas. Cuatro grandes coaliciones dominan la competición, en particular la oposición Takku Wallu, apoyada por Sall.
Los votantes senegaleses tradicionalmente le han dado al presidente una mayoría parlamentaria, pero los desafíos económicos como el desempleo, la inflación y las recientes inundaciones han alimentado el descontento.
El ex presidente Sall, que hace campaña a distancia desde Marruecos, acusa a la administración Faye de frenar el progreso económico logrado bajo su mandato. En respuesta, el gobierno de Faye señala la mala gestión de la oposición en el pasado y la falta de apoyo parlamentario que retrasaron la implementación de las reformas.
Las tensiones también estallaron durante la campaña, con informes de acoso contra los partidarios de Sonko. A pesar de esto, los analistas sugieren que el partido Pastef de Faye tiene grandes posibilidades de conseguir una mayoría, dado el compromiso activo de Sonko con los votantes de todo el país.
Estas elecciones determinarán si Faye puede implementar su programa o si enfrentará una oposición continua en el Parlamento. Hay mucho en juego para el futuro político de Senegal.