El retrato de una mujer de Largillierre: entre la guerra, la resistencia y la preservación del arte.


**En Christie’s, la luz de un pasado tumultuoso: la historia poco conocida del «Retrato de mujer» de Largillierre**

En el corazón de uno de los espacios más emblemáticos de la prestigiosa casa de subastas Christie’s, se encuentra majestuoso el «Retrato de mujer de medio cuerpo» de Nicolas de Largillierre. Esta pintura del siglo XVIII, de rara elegancia, cautiva la mirada de los visitantes, atraídos por la dulzura del rostro de esta misteriosa dama de grácil silueta.

Sin embargo, detrás de esta apariencia serena se esconde una historia turbulenta, que mezcla arte, guerra y resistencia. De hecho, si este cuadro es admirado hoy por su valor artístico, debe su fama a un episodio trágico de la Historia, cuando fue inmortalizado en una fotografía emblemática de la Segunda Guerra Mundial.

En mayo de 1945, al pie de las escaleras del castillo de Neuschwanstein en Alemania, un soldado estadounidense, Anthony Terra Valim, sostenía en sus brazos el precioso cuadro, rodeado de sus compañeros de armas, entre ellos el futuro director del Museo Metropolitano de Arte, el teniente James Rorimer. Estos hombres forman parte de los Monuments Men, esta heroica unidad encargada de recuperar obras de arte robadas por los nazis. Es a través de esta foto que el “Retrato de una Mujer” entró en la conciencia colectiva, convirtiéndose en un símbolo de resistencia y preservación del patrimonio cultural.

La tumultuosa historia de esta obra de arte comienza en los años 30, cuando estaba en manos del barón Philippe de Rothschild. Ante el ascenso del régimen nazi, el barón decidió proteger algunas de sus preciadas posesiones, incluido el cuadro de Largillierre. Desafortunadamente, las circunstancias de la guerra llevaron al despojo de sus propiedades por parte de un equipo nazi responsable de confiscar propiedades judías.

Así termina en el museo Jeu de Paume el “Retrato de una mujer”, marcado con el siniestro número “R437”, doloroso testimonio de su expolio. Fue gracias a la valiente acción de Rose Valland, luchadora de la resistencia y encargada de conservación del museo, que la pintura fue encontrada y salvada de las garras de los nazis. Su determinación y dedicación permitieron preservar de la destrucción y el saqueo numerosas obras de arte, incluido el cuadro de Largillierre.

Así, detrás de la belleza y tranquilidad de este “Retrato de una mujer” se esconde una verdadera saga, marcada por la resiliencia, el coraje y la determinación de quienes lucharon por preservar el patrimonio artístico de la humanidad. Al contemplar esta obra se revela toda una parte de la historia, recordando las horas oscuras del pasado, pero también la luz de la resistencia y la preservación de la cultura.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *