Fatshimetrie en Kinshasa: entre fluidez y atascos, un balance contrastado

La experiencia con el tráfico alternativo en Kinshasa ha obtenido resultados mixtos. Las autoridades notan cierta fluidez en algunas zonas, pero persisten los atascos en otras. Los conductores se enfrentan a dificultades logísticas, a pesar de una presencia reforzada de las fuerzas del orden para hacer cumplir las nuevas normas. Un equilibrio entre limitaciones y mejoras es esencial para combatir eficazmente los atascos en la capital congoleña.
**Fatshimetrie: tráfico alterno en Kinshasa: resultados mixtos**

Desde hace varias semanas, la ciudad de Kinshasa emprende un experimento con el tráfico rodado en sentido único y alterno en determinadas arterias. Esta iniciativa tiene como objetivo luchar contra los atascos que asolan la capital de la República Democrática del Congo. Las autoridades, optimistas sobre la eficacia de estas medidas a largo plazo, constatan una cierta fluidez del tráfico en determinados lugares estratégicos. Sin embargo, el impacto real de estos cambios en la vida cotidiana de los residentes sigue siendo objeto de debate.

Según el Ministro de Transportes y Vías de Comunicación, la circulación alterna se respeta en horarios definidos, con una presencia reforzada de las fuerzas del orden para garantizar su aplicación. Por tanto, los resultados parecen alentadores sobre el papel, pero ¿qué pasa sobre el terreno?

Tuve la oportunidad de hablar con Bienvenue Kakule, presidente de la Asociación de Conductores del Congo (ACCO/Kinshasa), y Chardin Ngoie, presidente de la Mutual de Solidaridad de los Conductores del Congo (MSCC/ASDT), para obtener una visión concreta. de la situación. Sus opiniones son variadas: mientras que ciertos puntos de la ciudad se han beneficiado de un mejor flujo de tráfico, otros han visto la situación empeorar con mayores atascos.

Los conductores, que son los primeros afectados por estos cambios, también encuentran dificultades a la hora de recoger los vehículos, lo que plantea importantes problemas logísticos. La mayor presencia de fuerzas del orden puede ser vista como una limitación adicional para algunos, incluso si es necesaria para garantizar el cumplimiento de las nuevas normas de tráfico.

En este contexto, parece esencial encontrar un equilibrio justo entre medidas restrictivas y mejoras reales en el tráfico por carretera. Es innegable que la lucha contra los atascos en Kinshasa requiere un enfoque global, que integre tanto medidas estructurantes como acciones de sensibilización de los usuarios de la vía.

A la espera de una posible evaluación en profundidad de esta experiencia, es importante permanecer atento a las distintas partes interesadas para ajustar, si es necesario, las medidas adoptadas. El objetivo principal sigue siendo garantizar un tráfico fluido y seguro en la capital congoleña, en beneficio de todos sus habitantes.

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