En las atormentadas regiones de Beni y Lubero, situadas en Kivu del Norte, la educación de los niños se ve cada vez más comprometida por la persistencia de los conflictos armados. Durante la reciente celebración del Día Internacional de los Derechos del Niño, Joel Kabuya, supervisor principal del Parlamento de los Niños en Beni, advirtió sobre los grandes desafíos que enfrentan los niños para acceder a una educación de calidad.
A pesar del establecimiento de una educación básica gratuita, persisten muchos obstáculos, en particular debido al desplazamiento forzado causado por la inseguridad reinante. Esta realidad está alterando peligrosamente las condiciones de aprendizaje de los niños de esta región. Joel Kabuya subraya la urgencia de que el Gobierno restablezca la paz para garantizar el respeto efectivo de los derechos fundamentales de los niños.
Es alarmante observar que, a pesar de las disposiciones legales que garantizan el derecho a la educación, muchas escuelas del este del país se enfrentan a grandes dificultades. Los desplazamientos masivos de población, provocados por la ocupación de regiones por grupos armados, privan a muchos niños de su derecho fundamental a la educación.
Este año, un gran número de niños se han visto privados de su derecho a la educación, ya sean los que permanecen en su región de origen o los que son trasladados a otras zonas de acogida. Incluso si en teoría se garantiza la educación primaria gratuita, persisten desafíos, particularmente con respecto a la accesibilidad geográfica de las escuelas. Joel Kabuya destaca el hecho de que el número de aulas supera con creces las recomendaciones, lo que tiene consecuencias perjudiciales para la calidad del aprendizaje, especialmente para los niños traumatizados por años de conflicto.
En este momento crítico, es esencial recordar la importancia crucial de garantizar un entorno seguro y propicio para la educación de los niños en situaciones de guerra. La educación es un derecho inalienable y es responsabilidad colectiva de todas las partes interesadas, incluido el gobierno congoleño, garantizar que ningún niño se vea privado de esta oportunidad fundamental de construir un futuro mejor.
La voz de Joel Kabuya resuena como un llamado a la acción, una invitación urgente a trabajar juntos para superar los obstáculos y ofrecer a los niños de Beni y Lubero, así como a todos los niños en situaciones de conflicto, la oportunidad de recibir una educación de calidad, garantizando así la protección y promoción de sus derechos fundamentales.